Ocho

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JunMyeon apartó la mirada de la pareja y fingió interés por el bloc de notas que tenía sobre las rodillas. Tenía que inventar preguntas, se dijo a si mismo destapando la pluma. Tenía que hacer una lista de las cuestiones sobre las que tenía que interrogar a Luhan. Sin embargo, su mente era como una pantalla de cine en la que sólo se reflejara el cuerpo de Luhan unido a la musculosa figura de Oh SeHun.

¿Era en verdad su amante?, se preguntó JunMyeon. Si antes había sentido calor, en ese momento estaba sofocado. Hubiera deseado no estar allí, o al menos que Oh SeHun hubiera escogido otro momento para hacer aquella visita. Después de las fantasías que había tenido con él la noche anterior JunMyeon no quería volver a verlo. Al menos no tan pronto.

Escuchó voces y comprendió que se habían separado y que se dirigían hacia él.

—SeHun me ha dicho que ustedes dos ya se conocen. —comentó Luhan con una amplia sonrisa.

Era evidente que Luhan no sentía ningún tipo de celos. ¿Pero por qué iba a hacerlo?, se preguntó JunMyeon consciente de sus propias imperfecciones. Comparado con su anfitrión no tenía nada que hacer, reflexionó.

—Ah... sí. —contestó JunMyeon cerrando el bloc con dedos sudorosos. Aquel rostro delgado y moreno lo hacía temblar—. Mm... ¿qué tal está usted, señor Oh? Qué... qué agradable volver a verlo.

—¿Así que por fin llegó? —preguntó SeHun a su vez mirándolo fijamente con ojos de deseo.

—Ah, sí. — JunMyeon se humedeció los labios—. La... la señorita Victoria fue muy amable.

—¿Quién? ¿victoria? —rió SeHun dejándose caer de pronto a los pies de la tumbona de JunMyeon, para su sorpresa—. Eh, como lo oiga llamarla así le va a dar un buen capón.

Luhan se acercó a SeHun, se quedó de pie y puso un posesivo brazo sobre sus hombros.

—-Deja de tomarle el pelo al joven JunMyeon, SeHun. —lo regañó Luhan utilizando a propósito un tratamiento formal para no fomentar la familiaridad entre ellos.

Luego Luhan, comprendiendo que su actitud podía ser malinterpretada y se sentó en otra tumbona y levantó una pierna para apoyar la cabeza sobre la rodilla. No apartaba los ojos de SeHun

—Tomarás café con nosotros, ¿verdad? —hablo nuevamente Luhan.

—¿Café? —repitió SeHun levantando las cejas—. Preferiría un refresco.

—Entonces una cerveza. —susurro Luhan con melosidad hacia SeHun.

—¿Una cerveza? —cuestiono SeHun—. Es un poco pronto para eso.

JunMyeon se preguntó si aquello era una alusión velada a Yixing, pero, aunque hubiera podido hacer algún comentario sarcástico, Luhan calló. Entonces se preguntó si SeHun sabría algo sobre sus relaciones. ¿Le habría dicho Luhan que el exesposo de Yixing iba a escribir la historia de su vida?

—¿Cree usted que le gustará Beijín? —preguntó SeHun volviéndose hacia JunMyeon, que trató por todos los medios de no tartamudear al responder.

—Bueno, es diferente a Seúl. —admitió JunMyeon algo sonrojado—. ¿Vive usted aquí, señor Oh?

—SeHun tiene una casa en Seúl y en Hainan una isla de acá, pero vive en Pekín. —contestó Luhan por SeHun apresurándose a cambiar de conversación—. ¿Vas a quedarte muchos días SeHun? Tengo muchas cosas de las que hablar contigo antes de marcharme a la Shanghái por unas grabaciones.

—Pues yo diría que estás muy ocupado con la biografía. —susurro SeHun con tono neutro.

—Siempre tengo tiempo para ti. —replicó Luhan en voz baja y sensual—. ¿Vas a ir esta noche a la casa de la playa en Mao?

—Quizá, —respondió SeHun sin interés—. Pero quiero registrarme en el hotel. Tengo unos negocios pendientes para mañana y la semana que viene, así que probablemente me quedaré en la ciudad. No obstante, puedo pasar el fin de semana en Mao. ¿Por qué lo preguntas Luhan? —cuestiono—. ¿Es que les apetece a Yixing y a ti venir a tomar unas copas el sábado por la noche?

—Pues... —Luhan se mostró inseguro, pero después de mirar a JunMyeon de reojo pareció tomar una decisión—. ¿Y por qué no? Siempre que Kim JunMyeon quiera venir, claro. —JunMyeon abrió la boca consternado por la insinuación—. Estoy seguro de que te encantará ver la puesta de sol en el Pacífico, y puedo pedirle a Yixing que haga de guía. —añadió con malicia—. ¿Qué te parece JunMyeon?

—Estoy seguro de que el señor Oh no esperaba que me pidieras que... —se apresuró a decir JunMyeon, consciente de que estaba ocurriendo algo que no le gustaba.

¿Qué estaba tramando Luhan?, se preguntó JunMyeon. ¿Acaso pretendía que le arrebatara a Yixing de las manos para así quedarse él libre?

—El señor Oh estará encantado de que se una a nosotros. —intervino SeHun mientras JunMyeon comprobaba el placer que tales palabras provocaban en Luhan—. Pero por el amor de Dios, JunMyeon llámame SeHun. Aquí no nos andamos con tantas ceremonias.

—Bueno... —accedió JunMyeon con nerviosismo.

—SeHun tiene razón. —se apresuró a intervenir Luhan—. Es una idea fantástica, JunMyeon. La casa de la playa es una maravilla. Quizá debas llevarte el bañador. Podemos bañarnos a la luz de la luna.

JunMyeon sacudió la cabeza. Sabía que Luhan estaba tratando de manejarlo, que iba a ponerlo en una situación imposible. Aquello no le gustaba, pero tampoco le sorprendía. Había sospechado de los motivos de Luhan antes de abandonar Seúl.

—Confía en mí... JunMyeon, ¿de acuerdo? Lo pasarás bien. —susurro Luhan con altanería.

Al menos SeHun parecía haberse dado cuenta de la ambivalencia de Luhan, reflexionó JunMyeon. Sin embargo, se preguntaba si sabría a ciencia cierta lo que Luhan pretendía. Tenía que saberlo, se dijo. ¿Por qué, si no, se había apresurado a visitar a Luhan al día siguiente de su llegada?

—Creo que... que esta semana tendría que ir a ver los alrededores. —contestó JunMyeon tenso.

—¡Ya tendrás tiempo de ver la ciudad JunMyeon! —exclamó Luhan impaciente—. No irás a rechazar la invitación, ¿verdad? Pensé que te pondrías a saltar de alegría ante la idea de...

—¿De pasar un rato con mi exesposo? —lo interrumpió JunMyeon con seriedad.

Luhan no era el único quepodía decir las cosas tal y como las pensaba, se dijo a si mismo JunMyeon conorgullo. SeHun contuvo el aliento ante sus palabras, pero sin embargo eso no lodetuvo. Se puso en pie y añadió—. Lo siento, Luhan, pero ésa no es la razón porla que he venido hasta acá.

—Iba a decir que pensaba que saltarías de alegría ante la idea de... de... de poder hablar con gente que me conoce. —explico Luhan rápidamente para defenderse—. No te habrás imaginado que íbamos a ser los únicos invitados de SeHun, ¿verdad? Tenemos... SeHun tiene muchos amigos. —y al ver que JunMyeon no se inmutaba añadió—. Incluso puede que encuentres interesante hablar con su hermano menor. Es actor, igual que yo.

—Bueno, pues lo siento mucho. —contestó JunMyeon colorado e incómodo—. Pero no... no tengo por costumbre mezclar los negocios con el placer. —se humedeció los labios—. Y... y como es evidente que el señor Oh tiene interés en hablar contigo quizá prefieras que vuelva en otro momento...

—¡AY por el amor de dios!... —comenzó a decir Luhan irritado interrumpiéndose sólo al ver a SeHun ponerse en pie.

—Calma. —intervino SeHun. JunMyeon no sabía a cuál de los dos trataba de tranquilizar SeHun—. De todos modos, tengo una cita, así que no voy a entretenerlos.

—No nos estás entreteniendo SeHun. —se apresuró a contestar Luhan agarrándolo del brazo y obligándolo a mirarlo sólo a él—. No te vayas, Meiziu va a traernos café y zumo. Seguro que puedes quedarte otro rato más.

—¿Para qué? ¿Para qué... el joven Kim JunMyeon... me acuse de interrumpir su trabajo? —preguntó SeHun y JunMyeon no supo descifrar su tono de voz—. Te llamaré más tarde, ¿vale? Dale recuerdos a Lay de mi parte, ¿querrás?

—Pero SeHun... —protesto Luhan haciendo pucheros.

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7v7 jaja que les parecio el cap?

Dulce Venganza-SEHOWhere stories live. Discover now