Garzón

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Pov. Poché

—Poché... Despierta— escucho a Vale y la siento menearme del brazo.

—Mmm— respondo sin abrir mis ojos.

—Levántate, están buscándote abajo— abro mis ojos al escucharla y me levanto sentándome sobre mi lugar.

—Daniela— digo pasando mis manos sobre mi rostro quitando el sueño y posiblemente la saliva de mis labios.

—No... Es un tal doctor Elías— dice extrañada.

—¿Viene solo?— asiente, claro que lo hace, no puedo estar esperando a que ella venga luego de lo de anoche. —Dile que suba, va a revisarme— ella confundida y sin responder baja por el médico quien no demoró en subir, primero hizo lo que todos, preguntó mi nombre, edad, alergias y luego del cómo es que acabé con una grave torcedura.

Masajeó unos minutos, fué muy cuidadoso pero lo tengo tan inflamado que el dolor estaba siendo insoportable.

—Apuesto a que Daniela lo mandó a hacer esto— digo molesta mientras me sostengo de las cobijas aguantando el dolor. Él ríe.

—Me mandó pero me pidió ser muy cuidadoso con usted, de lo contrario afectaría mi sueldo— lo miro sorprendida al escucharlo decir eso.

—Así que la señorita gomela manda y además, es millonaria— sonrío —interesante.

—Bueno señorita, tiene que hacer uso de esta bota al menos dos semanas, depende su mejoría, tuvo suerte de no tener fractura— termina de colocarla.
Es que solo estas cosas me pasan a mí, justo que mañana es el nuevo periodo en Misi, voy a andar con esta bota enorme e incómoda

—Si siente algún malestar este es el medicamento— me entrega la receta —Cualquier duda, hágamelo saber con la señorita Calle— sonríe. ¿Calle?.

—Daniela... ¿Calle?— pregunto y él asiente aún con su reluciente sonrisa —Okay ¿Cuánto le debo?.

—Como dije antes, la señorita ya se encargó de los gastos. Ella le hará llegar los medicamentos necesarios y si no necesita más, me retiro— toma sus cosas.

Yo agradezco y cuando él sale, Valentina entra.

—Torpe ¿Cómo te hiciste eso? ¿Daniela Calle te paga por existir? ¿Cómo la conociste? ¿Vendrá?— pregunta demasiado rápido.

—Bailaba y... tropecé. Ella no me paga nada, la conocí por la fiesta y no Valentina, no vendrá ¿Tú cómo sabes de ella?.

—La sigo en Instagram, tiene estilo, es linda y bueno si yo fuera torta le paraba bola— sonríe —Deberías salir de clóset y salir con ella.

—No voy a salir porque no estoy en ningún clóset, no me gustan las chicas ¿A quién le gustan las chicas? ¿A ti te gustan? Porque a mí no, jamás— niego con fastidio. Ella ríe, me dice siempre estos temas como si yo tuviera que ver en algo, siente que todo el tiempo tiene la razón. —A ella... ¿Ella es así?— la miro.

—¿Tiene tu interés?.

—No.

—Entonces no te importa pero igual no lo sé, tampoco publica sobre su vida privada. Pero si quieres le pregunto, pie grande.

—Ya vete— le lanzo una almohada y ella corre fuera de la habitación.

Daniela Calle, pienso. ¿Por qué haces esto?.
Tomo mi teléfono y voy a Instagram buscando su usuario, reviso su perfil, foto por foto y sé que esto se ve mal pero yo no andaría pagando tratamientos médicos a desconocidos, creo que tengo un poco de derecho a hacer esto, quiero saber quién paga o cuida de mí.
Okay, fan de los dates casuales, tomar un buen café es lo más importante, no importa el lugar, si le gusta vuelve una y otra vez publicando que sin café no puede empezar su día. Adora tocar piano y no solo eso, también canta, vaya sorpresa, no lo hace nada mal.
Tiene estilo, carisma y sí, es muy guapa. Le gusta fotografiar las cosas que le apasionan y disfruta.

El Arte de La Luna Where stories live. Discover now