CUANDO EL SOL Y LA LUNA SE UNEN - Akaza × Rengoku +18

Capítulo 105 - Iré contigo al infierno

Senjuro... - dijo Kyojuro mirándolo con los ojos cristalinos - despierta, por favor. No puedes morir antes que yo.

Senjuro sintió un frío recorrer su cuerpo hasta que abrió los ojos mirando al cielo. Sonrió viendo aquel paisaje tan hermoso que le transmitía paz. Se giró y abrió los ojos sorprendido.

¡Doma! - dijo corriendo hacia él llorando, Doma abrió sus brazos recibiéndolo para levantarlo. Senjuro lo abrazó con mucha fuerza - ¿¡por qué rompiste tu promesa!? ¡me dijiste que no morirías! ¡me dejaste destrozado!
Lo sé, pequeño. Perdóname - dijo acariciándolo mientras sonreía, había estado esperando hasta que la batalla terminase para irse al infierno tranquilo.
Quiero estar contigo para siempre - dijo Senjuro rondeando su cuello. Doma lo bajó y acarició su mejilla.
Eso no puede ser, cariño - respondió mirándolo entristecido.
¿Por qué? - dijo Senjuro apretando sus labios para intentar aguantar las lágrimas.
Mi alma sigue manchada, así que tengo que ir al infierno para eliminar mis pecados - dijo encorvándose para quedar a su altura pegando sus frentes - tu alma inocente iría al cielo si murieras... pero todavía no es el momento. Sabía que cumplirías tu promesa.
¿Q-qué? - Senjuro no entendía nada de lo que le decía.
Te quiero - dijo besándolo delicadamente para luego empujarlo.

Senjuro sintió cómo caía desde una gran altura mientras lloraba mirando a Doma, que sonreía sinceramente. Cuando Doma ya no pudo ver más a Senjuro comenzó a caminar sonriendo hacia el infierno sin miedo sintiendo cómo su cuerpo y su alma empezaban a quemarse.

Por favor, Dios. No permitas que vuelva a ser un psicópata si reencarno, es lo único que te pido - dijo tras meterse de lleno en las llamas siendo engullido por ellas.

Kyojuro no dejó de mirar ni un momento a Senjuro mientras Hakuji lo abrazaba con el único brazo que le quedaba sujetándolo por debajo de los hombros. De pronto escuchó a Senjuro toser levemente y gritó por ayuda.

¡Por favor, atended a mi hermano! ¡sigue vivo! - dijo gritándole a los médicos, que corrieron hacia él rápidamente. Senjuro comenzó a regenerar lentamente sus heridas y abrió los ojos, que habían recuperado su color normal junto a que sus colmillos desaparecieron.
Doma... - dijo el pequeño adolorido mirando al cielo. Senjuro tenía la mirada agotada y sentía dolor por todo su cuerpo, pero estaba vivo. Cerró los ojos y se desmayó por el dolor.
Está estable - dijo uno de los médicos inspeccionándolo.
Gracias a Dios - expresó Kyojuro dejando caer unas pocas lágrimas de felicidad. Bajó su mirada viendo el brazo de Hakuji, dándose cuenta de que sus dedos estaban desapareciendo - Hakuji...

Kyojuro con mucha dificultad se giró para quedar de rodillas al igual que Hakuji mirándolo.

Ya no... puedo regenerarme - dijo viendo con tristeza a Kyojuro - ¿vamos a morir?
Sí, Hakuji... hemos ganado, cumplimos con nuestro deber - dijo acariciando la mitad de la cara de Hakuji que todavía no había empezado a desaparecer, pues la parte de arriba del otro lado estaba desvaneciéndose.
No quiero morir... - dijo con los ojos cristalinos.
No tengas miedo a la muerte. Incluso aunque muramos, estaremos juntos para siempre en el cielo. Y si reencarnamos, estaré contigo, no importa cómo. No querré a nadie que no seas tú - dijo sonriéndole tranquilamente.
Kyojuro... yo no iré al cielo... no después de toda la gente que maté - Hakuji lo miró derramando algunas lágrimas.
Pues iré contigo al infierno. No me separaré de ti jamás - Hakuji no pudo aguantar las lágrimas y cerró los ojos para intentar evitar que siguiesen cayendo. Kyojuro rió débilmente y pegó sus frentes - estaremos juntos para siempre, te lo prometo.
Te quiero, Kyojuro... te amo más que a nada en el mundo - dijo intentando calmar su llanto.
Yo también te amo, Hakuji - Kyojuro lo besó con su último aliento y los dos murieron dándose la mano.

Hakuji se desvaneció y Kyojuro acabo desangrándose por las heridas sentado sobre sus rodillas. Murió sonriendo preparado para reunirse con Hakuji en el otro mundo. No lo dejaría a su suerte, no permitiría que volviese a tener una vida desgraciada.