Capítulo 39 - ¿Podré algún día saber quién eres?

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No puedo más... - dijo antes de cerrar los ojos y dormirse.
Oh, Kyojuro. Eres tan débil cuando se trata de mí, llamita - Akaza le dio un beso en la frente y lo tumbó, también le vistió, aunque le hubiese gustado no podía dejarlo ahí tal cual, al fin y al cabo Senjuro vivía con ellos. Lo de la sangre que se lo explicase Kyojuro, era su problema, él también disfrutaba cuando follaban, así que que se hiciera responsable.

Akaza se vistió y se sentó en el escalón del jardín a ver la luna llena. Puede que él ya tuviese todo lo que necesitaba, no necesitaba ver el sol real, con ver a Kyojuro le servía.

Hoy la luna está preciosa, Koyuki - dijo sintiendo cómo sus ojos se llenaban de lágrimas - ¿quién eres que no puedo sacarte de mi cabeza? no me siento preparado para sustituirte... pero mi cuerpo está realmente vivo cuando estoy con ese Pilar, y siento la necesidad de cuidar de él para que ningún demonio le quite la vida... no sé qué hacer, me siento tan confundido.

Akaza observó cómo las marcas de su brazo derecho perdían algo de opacidad y volvían a recupearla y la miró sorprendido. ¿Qué significaba eso?

Desde que llegó a mi vida todo ha cambiado... incluso yo... - Akaza puso su mano en su corazón, que desde que era un demonio latía débilmente - ¿podré algún día... - ya no aguantó más las lágrimas, haciendo que se deslizasen por sus mejillas - saber quién eres?

Akaza se echó a llorar tapándose los ojos, nunca había llorado tan a pecho siendo un demonio. La imagen de aquella hermosa chica que amaba lo atormentaba siempre y a la vez le daba tranquilidad, sentía que la quería con toda su alma y no saber por qué lo corrompía. Solo deseaba un poco de paz.

Akaza siguió llorando por unos cuantos minutos hasta que sintió dos brazos abrazándole por el cuello.

Deja ya de llorar - dijo Kyojuro con un tono triste dándole un beso en el hombro - sea lo que sea, sé que puedes con ello, eres el demonio más fuerte que he conocido.

Akaza acarició los brazos de Kyojuro, la persona que hace tan solo unos días casi mata. No podía sentirse más miserable, todo por su incansable e inexplicable deseo de ser fuerte. El Guardián de la Noche que había intentado asesinar a golpes estaba allí calmándolo. Akaza no podía ser alguien más horrible. Cerró los ojos y finalmente se dejó dormir, era la primera vez que estaba cansado después de un siglo tras tanto llorar. Kyojuro lo cogió en brazos y lo llevó al sofá, dejando que los dos durmieran abrazados.

CUANDO EL SOL Y LA LUNA SE UNEN - Akaza × Rengoku +18Where stories live. Discover now