Capítulo XXVII: Resentimientos

Start from the beginning
                                    

Sus ojos se ensombrecieron cuando dije que Raell y yo estábamos juntos.

—¿Osea que cogieron anoche? —su pregunta me hizo revolver el estómago.

Era tan pervertido y mal pensado que no tenía respeto alguno.

—Tu hermano no es un degenerado como tú —brame y me miró con rencor.

Creo que no debí decir eso, pero me hizo molestar.

—Tienes razón, no soy como él. Soy mejor —dicho eso, salió a zancadas de la alcoba.

Cerré los ojos ofuscada por lo que pasó. El drama no quería irse de mi vida.

Dejé de romperme la cabeza con eso y me fui asear para comenzar el día, salí hacer el desayuno y gracias a Dios no me encontré con Raiden. Las cosas se pondrían muy incómodas ahora que me besó. Es que no me sorprendía su arrebato, ya tenía tiempo en plan seductor y era cuestión de tiempo su ataque. Que locura. Soy un imán para los abusivos, exceptuando a Raell, mi chico era diferente.

Escuché pasos por el pasillo y me puse tensa, pero volví a respirar en paz cuando vi a Raell. Mi chico hermoso me vio y su sonrisa me iluminó la mañana.

—Huele delicioso —dijo llegando hasta mí. Me dio un beso en la frente y me miró con una Sonrisa, antes de sostener mi barbilla y dejar un casto beso en mis labios.

Quise más.

Así que tomé sus mejillas con mis manos y lo volví a besar, deleitada en sus suaves labios. El cosquilleo se hizo presente en mi vientre y quedé bizca en mi lugar. Nunca pensé disfrutar tanto un beso suyo.

—Ay Liz, vas acabar conmigo —susurró con su frente reposada en la mía.

—Solo fue un beso —dije tímida, mordiendo mi labio con pena.

—Si me lo das tú, no es cualquier cosa —volvió a besarme y cerré los ojos encantada.

Podía acostumbrarme a esto.

Llevé mis manos alrededor de su cuello y el sostuvo mi cadera con firmeza, como sino tuviera suficiente de mí. Delinee su labio inferior con mi lengua y ahogó un jadeo en nuestras bocas.

Las corrientes no dejaban de pasearse en mi interior con intensidad.

—Buenos días —dijeron de pronto y me estremeci en sorpresa.

Raell dejó mis labios y pusimos nuestra vista en Raiden. Nos veía serio, muy serio cruzado de brazos al otro lado de la encimera.

Ay no... Mi día se volvió aguar por su culpa.

—Hola hermanito —lo saludó Raell feliz como una lombriz.

Raiden no correspondió la alegría en ningún momento.

—Me voy, nos vemos luego —dijo amargado, dejándonos solos sin esperar una despedida.

Raell no hizo caso y me miró.

—Despertó de mal humor —comentó encorvado.

—Al parecer —me hice la desentendida. Donde sepa que su hermano me besó se le vuelan los tapones.

Continue rellenando los sándwich y él vino ayudarme, entre los dos preparamos el desayuno y nos sentamos a comer en tranquilidad, platicando y él haciéndome arrumacos todo el rato. Era tan bello. Así imposible no quererlo.

—Quiero visitar a mi papá hoy ¿me acompañas? —pidió y trague grueso.

Visitar a su papá significa conocerlo.

Arriésgate Liz. Where stories live. Discover now