Capitulo XII: ¿Nos Daremos Un Tiempo?

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¡Pero que nochecita la de hoy!

Hoy todo el campus universitario se antojó de venir al club y desde que llegué no he parado. Aveces todos me hablan al mismo tiempo y me vuelven loca.

—¡Un servicio de tequila y de cerveza Karen! —le indique a mi compañera de trabajo. La bartender.

Por lo general son dos o tres los encargados de servir, entre ellos Karen. Tiene un talento innato con las manos esa chica, los Ex on the beach son su especialidad.

—¡Ya sale Liz! —indicó y la vi moverse con agilidad al otro lado de la barra.

Mientras, fui a preguntar en otras mesas otros pedidos porque sino se acumulaban y era más complicado. En lo que regresé a traerle los nuevos servicios a Karen, ya me tenía el del tequila y las cervezas listo.

Así pasé toda la noche, entre cervezas, destornilladores, ron, whiskey e infinidades de otros licores. Podía hasta embriaguarme solo de ver tanto alhocol junto. A eso de la una el club se calmó un poco, ya la mayoría se dedicaba a bailar y uno más que otro pedía servicio.

Aproveché a sentarme en un taburete cerca de Karen, al otro lado de la barra y le pedí agua. Estaba exhausta.

—¡Noche movida ah! —hizo mohín y torci los labios, compartiendo su queja.

—¡Y todavía falta!

Teníamos que hablar alto, la música estaba sonando fuerte. Baila conmigo de Selena Gómez resonaba en los altavoces.

—¡Oye Liz, nunca me dijiste si tenias novio! —Karen me miró coqueta y arquee una ceja hacia ella.

—¡Nunca me preguntaste! —dije divertida, ante la idea de ella coqueteando conmigo.

—¡¿Y no quieres uno, o una?! —y si, estaba coqueteando conmigo.

Negué la cabeza, risueña.

—¡¿Está flirteando conmigo señorita tatuajes?! —pregunté juguetona. Desde que estoy trabajando con ella es imposible aburrirme, tiene unas ocurrencias que te hacen romper la vejiga de la risa.

—Si no tuviera una tóxica en mi vida, créeme que te acosaria eternamente. Pero prefiero no buscarme rollo con mi novia —dijo rodando los ojos, confirmando que si le gustan las chicas y me reí.

—Igual, estoy de vacaciones con eso de las relaciones —le fui franca.

—Si, tienes pinta de recién dejada —dijo tan normal que me la quedé viendo

—¿Por qué lo dices?

—Porque se reconocer cuando alguien no quiere volver amar, también pasé por eso —comentó con seriedad y firmeza.

Me dio curiosidad.

—¿Antes fuiste hetero?

Asintió —Así es, pero los hombres no valen la pena por eso lo intenté con las tías ahora —me dio un guiño.

Sonreí y platicamos un rato más, me contó un poco su historia y yo también le comenté un poco mi enredo actual. Al igual que los chicos, opinó que terminaré enamorada de Raell. Negué la cabeza ante la idea, me seguía pareciendo lejano.

El club se puso movido de nuevo y tuve que ponerme manos a la obra, tragos por aquí y tragos por allá, estuve así hasta el punto de querer ir a dormir. Madrugar nunca a sido lo mío y este trabajo prueba mis límites.

Iba de regreso a la barra para ir en busca de un pedido y choque con alguien estando de espalda.

—¡Que torpe eres niña! —se quejó la persona con que choque.

Arriésgate Liz. Kde žijí příběhy. Začni objevovat