𓏲 Capítulo 19

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Ni siquiera ella estaba segura.

Momo llevaba ya quizás su tercer vaso con agua desde que entró a esa extraña heladería con temática de unicornios, estaba segura de que pronto le entrarían ganas de ir al baño, y su nerviosismo no ayudaba en nada

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Momo llevaba ya quizás su tercer vaso con agua desde que entró a esa extraña heladería con temática de unicornios, estaba segura de que pronto le entrarían ganas de ir al baño, y su nerviosismo no ayudaba en nada. El día anterior, Dahyun por fin había decidido responder sus mensajes, pidiéndole verse para invitarla a un helado en su heladería favorita, así como si nada, sin ninguna explicación del por qué ese cambio tan radical en esos últimos dos días.

Trató de no darle tantas vueltas al asunto, a lo mejor estuvo ocupada con tareas, o quizás no tuvo tiempo para ver su celular porque estaba pendiente de otras cosas. Muchas cosas pudieron haber pasado, y realmente no quería pensar demasiado en eso ya que estaba empezando a ponerse ansiosa, principalmente porque ya habían pasado cinco minutos de la hora en que quedaron.

¿Y si la dejó plantada?

Podría ser, considerando que estuvo actuando raro.

La campana de la entrada volvió a sonar por la llegada de un nuevo cliente, Momo levantó rápidamente la mirada y por fin la vio, vistiendo con esas ropas no tan ajustadas que la hacían ver muchísimo más adorable de lo que ya era, especialmente por la bonita boina negra que adornaba su castaño cabello, dándole ese toque de inocencia que era siempre tan característico y perceptible en ella.

Le sonrió cortamente y la vio sentarse frente a ella, luciendo igual o más nerviosa.

— Hola — sonrió con timidez — ¿Ya sabes lo que vas a pedir? — fue lo único que se le ocurrió decir a Dahyun, maldiciendo mentalmente por no saber como iniciar correctamente una conversación.

La japonesa asintió aún sin decir nada, un poco ida y abrumada por el extraño revoloteo en su estómago que cada vez se hacía más y más perceptible... Estaba odiando demasiado esa sensación que no hacía más que hacerla sudar.

¿Por qué rayos está haciendo tanto calor?

— Está bien — asintió un poco confundida por el silencio de la nipona.

Llamaron a una de las mesera de la heladería para que anotara sus órdenes, siendo ese momento en el que Dahyun escuchó por fin la voz de Momo. Cuando sus órdenes fueron anotadas, la chica se fue, dejándolas solas de nuevo. A Dahyun le sudaban las manos debido a su propio nerviosismo, ¿cuándo creyó que esa sería una buena idea? El discurso que preparó de repente desapareció de su cabeza, dejándola sin algo coherente que decir. Tener que enfrentar sus propios sentimientos era demasiado difícil, no sabía ni por dónde empezar.

— Entonces...— Momo rompió el incómodo silencio.

— No sé por dónde empezar — agachó la mirada, fijándola en sus dedos que jugueteaban entre sí — Lamento haber ignorado tus mensajes.

— Bueno, ese es un buen comienzo — rió cortamente — Está bien, supongo — se encogió de hombros, ganándose una mirada sorprendida por parte de la menor.

❝ Forbidden ❞ || MichaengWhere stories live. Discover now