especial 100k

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imagina: le haces una fiesta sorpresa a levi.

nota: modern au.

...

El auto se detuvo frente a la pequeña casa donde Kuchel Ackerman vivía. El primero en salir del vehículo fue Louis, emocionado de volver a ver a su abuela después de una semana sin estar junto a ella.. realmente la quería, ella era una buena mujer.

Levi sonrió vagamente al ver al niño abrazar a su madre. Le recordaba a él cuando tenía ocho años y llegaba de sus clases en la primaria; lo primero que hacía al llegar a casa era abrazar a Kuchel.

La mujer mayor plantó un beso en el moflete de su nieto antes de dirigirse a su hijo y estrujar, estirar y besar sus mejillas, calentando de sobremanera el rostro serio del hombre azabache.

—Mi hijo ya tiene cuarenta años y sigue viéndose igual de guapo. —dice, sonriente, besando ahora todo el rostro de Levi. —dios, todavía recuerdo tu primer cumpleaños, te compré un pequeño cupcake de chocolate y terminaste devorandolo todo, te veías tan lindo con el rostro cubierto de chocolate.

—Madre... —emitió en un susurro, avergonzado, agarrando suavemente las muñecas de Kuchel.

—O tu cumpleaños número diez; realmente ese payaso te asustó mucho que terminaste escondido en el armario durante toda la fiesta. —rió entre dientes y suspiró risueña en el momento en el que ese recuerdo llegó a su cabeza.

(n) trató de no reírse, pero fue imposible, y su esposo terminó fijándose en esto y la fulminó con la mirada.. ella simplemente se encogió de hombros con una sonrisa burlona.

—Me alegra tanto que estés aquí conmigo.

—Sabes que vendré a verte en todos mis cumpleaños. —sonrisa pequeña instalada en su rostro, dejando un corto beso en las manos de Kuchel, quien casi estuvo por llorar.

Los Ackerman entraron a la casa, siendo recibidos por el olor a estofado de carne cocinándose en la estufa, disfrutando del delicioso aroma instalado dentro del acogedor hogar de la mujer azabache.

—El almuerzo está casi listo, sólo un par de minutos más a fuego lento y estará servido en sus platos. —informó, caminando hacia la sala, siendo seguida por su hijo, nuera y nieto. —Louis, ven conmigo. Tengo un paquete de galletas para ti.

Kuchel y el pequeño Ackerman se fueron con dirección a la cocina mientras que Levi y (n) tomaban asiento en el gran sofá. El azabache se cruzó de brazos y la (c/c) se arrimó un poco más hacia él, apoyando su cabeza en el hombro de él.

La mano escurridiza de (n) se dirigió al brazo de Levi, y acarició el área un par de veces para después moverla ahora al pecho de él. No obstante, antes de que pudiera siquiera tocar algún pectoral, el hombre azabache la detuvo, agarrando la muñeca de ella para detener sus acciones.

—No. —dijo.

—¿Luego? —cuestiona, echándole una mirada de esas de cachorros tiernos que sinceramente no funcionaban en Levi si no eras su hijo, pero no estaba de más intentarlo.

—Tal vez. —se encoge levemente de hombros.

—Bien. —sonrió, aferrándose a uno de los brazos de su esposo.

𝘭𝘦𝘷𝘪 𝘢𝘤𝘬𝘦𝘳𝘮𝘢𝘯 , 𝘰𝘯𝘦 𝘴𝘩𝘰𝘵𝘴Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz