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imagina: le dan el día libre a levi, así que lo aprovecha para pasear contigo por el pueblo.

...

La mujer (c/c) servía su té en una de las pequeñas tazas, era su día libre, lo iba a aprovechar para estar en cama y leer un libro que Levi le obsequió hace un mes. Tomó la taza y el libro de la mesa. Caminó hacia su habitación y recostó su espalda en la cabecera, estirando sus piernas sobre la cama.

Estuvo a punto de abrir el libro, sin embargo, la puerta principal se abrió y luego escuchó la voz de Levi. Extrañada, se puso de pie y volvió a la sala, encontrándose con su novio quitando la chaqueta de su uniforme.

—¿Por qué estás aquí, te dieron el día libre?

—Así es. —Se sentó en su silla y cruzó sus brazos. (n) caminó hacia Levi y se colocó detrás de él para darle un masaje en los hombros. —¿Qué hacías?

—Iba a leer y beber té, ¿Quieres té?

—Por ahora no.

—De acuerdo. —sonrió, besándole la cabeza. —¿Qué quieres hacer?

El azabache apartó sutilmente las manos de su novia y se puso de pie. Dejó un rápido beso en el dorso de estas, sonrojando a la (c/c)—. Ya que no vas a hacer nada interesante, ¿Quieres caminar conmigo por el pueblo? Te compraré lo que quieras.

—Está bien, voy a cambiarme.

Se alejó del Ackerman y se encerró en la habitación. Por otro lado, Levi volvió a tomar asiento, esperando pacientemente a que su novia saliera para después meterse él y cambiar sus pantalones. Ciertos minutos pasaron hasta que (n) salió con una camisa manga larga blanca y una falda amarilla.

—¿Qué tal, me veo bonita?

Asintió y se levantó.

—Me cambiaré el pantalón. —Pasó por el lado de (n) y cerró la puerta.

La mujer esperó, bebiendo de su té y abriendo su libro para leer los primeros párrafos y continuar luego al volver.

La puerta de la habitación se abrió un par de minutos después. Levi salió de ahí vistiendo con un pantalón negro y un saco del mismo color.

Él se acercó a (n) y ella se puso de pie, ambos caminaron a la puerta de la casa y salieron de ésta. No se tomaron de las manos y ella no agarró su brazo, a Levi no le gustaba mucho hacerlo cuando estaban rodeado de personas y (n) lo entendía, no quería incomodar a su novio.

—¿Podemos pasar a comprar pan? Quiero preparar algo rico para esta noche.

—Bien, pero cuando volvamos a casa, sé que no aguantaras tus ganas de comer pan y te lo acabarás. —Chasqueó la lengua.

—Uhg, claro que no.

—Te conozco, (n).

La mencionada se cruzó de brazos, rodando sus ojos y resoplando indignada. Él tenía mucha razón, se lo terminaría comiendo. Suspiró, cambiando el gesto en su rostro. Volteó a mirar a Levi y él a ella, ambos al mismo tiempo. Fue cuando se sonrojaron y volvieron sus vistas al frente con el ceño ligeramente fruncido.

—O-oye, las hojas de té se nos están acabando, es mejor comprar algunas. —Se relajó, pero manteniendo sus brazos cruzados.

—Bien.

Luego de eso, no hablaron más, no tenían nada que decirse, prefirieron quedarse en ese cómodo silencio que ambos solían tener de vez en cuando.

Al terminar de comprar lo que la mujer necesitaba para la cena, regresaron a casa para dejar las bolsas llenas de comida y volver a salir. No querían cargar con ellas mientras daban su paseo. Fue luego que (n) le comenzó a hablar sobre un par de cosas que su hermano mayor le comentó ayer cuando fue a darle una visita rápida al cuartel de guarnición. Levi no la interrumpió en ningún momento, sólo se dispuso a escucharla como cada día en los que ella hablaba de algo interesante.

—En fin, mi hermano tiene que aprender a no ser un idiota. —Resopló. —Siempre tengo que limpiar todo lo que causa, bastardo alcohólico. —musitó.

—Sin embargo lo quieres.

—Sí, muchísimo. —rodó los ojos y se encogió de hombros. —, Me cuidó cuando nuestros padres nos dejaron, pero eso no cambia el hecho de que quiera matarlo cada que cómete estupideces... Como sea, no importa. —El gesto de disgusto en su rostro cambió por una sonrisa y pasó a mirar a Levi. —Al llegar a casa, ¿Quieres que te dé una sesión de masajes? Cuando llegaste te sentí muy tenso, no me gusta eso.

El azabache asintió. Necesitaba de esos masajes que le gustaban tanto, últimamente ha estado tenso. Entrenamientos, papeleo, estrés y muchas otras cosas más. Era un jodido problema para él estar de aquella manera, (n) era la única persona que lograba que él se relajara por completo.

En el camino, ella continuó hablando y él escuchando, algunas veces dando una opinión sobre lo que (n) decía.

Terminaron por llegar a la plaza, tomando asiento en una de las bancas. La (c/c) tomó aire y miró el cielo decorado con colores anarajados y rosas.

—Vaya, si estuvimos mucho tiempo fuera.

—Sí. —Fijó su vista en el cielo y cerró sus ojos luego.

A su mente llegaron dos viejos recuerdos, la primera cita con (n) y la primera vez que vio el cielo de esa forma con Farlan e Isabel. Jamás iba a olvidar esos días, fueron especiales para él.

Suspiró y meneó ligeramente su cabeza de un lado al otro. En sus labios se formó una muy pequeña sonrisa que la mujer a su lado no notó a tiempo, en cambio, ella estaba acercando sus dedos a los de Levi para intentar entrelazarlos con los suyos, sin embargo, él se dio cuenta de esto y la miró fríamente.

—Lo siento. —se apresuró a decir, colocando su mano lejos de él.

Claro, lo que Levi hizo nunca lo creyó posible, la dejó atónita ya que él, después de soltar un resoplido, agarró la mano de ella y entrelazó sus dedos con los suyos, teniendo un leve rubor en sus mejillas que poco se notaba.

—¿Levi?

—No hables si no quieres que cambie de parecer.

—Bien, bien. —Tragó, nerviosa, mirando tiernamente como sus manos estaban unidas. No se resistió en hablar. —Es hermoso.

—Te dije. —Rompió la unión, causando que (n) llorara mentalmente.

—Oh, fue hermoso mientras duro.

Se había arrepentido de hablar.

𝘭𝘦𝘷𝘪 𝘢𝘤𝘬𝘦𝘳𝘮𝘢𝘯 , 𝘰𝘯𝘦 𝘴𝘩𝘰𝘵𝘴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora