» Capítulo Ocho

235 38 10
                                    

"Nadie puede reescribir las estrellas. ¿Cómo podemos decir que serás mío?"

— Rewrite the star; Zendaya & Zac Efron.



Yeosang.



Aunque dije que ayudaría a Wooyoung a buscar información sobre los sueños repentinos que ha tenido últimamente, no lo hice.

Y no es que no quisiera hacerlo, sólo que mi mente y mis pies me llevaron a ese lugar al que ahora era un "cliente" frecuente. Viendo a Seonghwa trabajar, aunque no le dirigí la palabra de inmediato. Me quedé viéndolo, notando lo guapo que Seonghwa se veía con su delantal de empleado, y atendía con debido respeto a sus clientes.

Me sigo limitando a mirarlo muy de cerca. Puedo ver que tiene una piel suave, pero también veo cansancio en sus ojos, aunque posea una sonrisa muy alegre en sus delicados labios. Tengo la sensación de sonrojarme cuando veo cómo muerde sus labios, para luego dar un suspiro agotador. ¡Lo sabía! Estaba exhausto. Seonghwa era un tanto fácil de leer, aunque no siempre. Pero puedo ver que algo lo tiene preocupado y no sé si es algo personal o sólo trabajo.

Después de tanto batallar, logro sentarme en el taburete y festejo por mi éxito. Muevo mis pies suavemente y mis ojos vagan con cada paso que Seonghwa da en el local. Lo veo ir hasta la puerta y gira el letrero de abierto a cerrado. Vuelve a suspirar y se voltea. Se quita el delantal y lo deja cerca de la caja registradora. Sigo apreciando su belleza y cómo estira su cuerpo debido al turno agitador.



— ¿De casualidad estás aquí, Yeosang?


Me sorprendo y asentí aunque sabía que no podía verme. — ¡En efecto! ¿Te molesté?


— No es eso, —rió— creí sentir que estabas aquí. No sé si ya estoy loco. —volvió a reír.


Me levanté y caminé hasta estar frente a él. — Dicen que es normal que esas cosas pasen. Si sientes una presencia es posible que haya algo. Todo dependerá de cómo te sientes respecto a eso. Si crees que es dañina, normalmente tienes miedo y si no, sólo es alguien que quiere tu compañía.


— Entiendo, tiene sentido.


— Dime, ¿qué sientes conmigo?


Seonghwa pareció pensarlo pero luego sonrió y sentí otra vez cómo si nuestras miradas se cruzaran, aunque él no podía verme. No entiendo cómo le hacía. — Eres bueno, sólo quieres mi compañía. ¿Es así?


No entendí por qué me puse nervioso y luego sonreí cómo un tonto. — Si, sólo quiero tu compañía.


— Bien, tal vez quieras ayudarme en algo que tengo en mente. ¿Te animas?


— Si puedo serte útil.


Seonghwa se carcajeó. — Fui criado por mi abuelo y aún así mi lenguaje antiguo no es cómo el tuyo.


— Disculpa, posiblemente sea mayor que tu abuelo, niño bonito.


Seonghwa alzó una ceja y sonrió de medio lado. Se inclinó y aunque miró a todos lados, me sentía intimidado por un segundo. — ¿Niño bonito?


— C-cómo sea, ¿qué necesitas?


— Sígueme.



Nos adentramos a una puerta al final de la tienda, esta conducía a un pequeño estudio lleno de cuadros, pintura y un sofá que suponía era negro, pero las manchas de pinturas le habían otorgado un nuevo estilo. Trato de sentarme en el, lográndolo y Seonghwa luego de recorrer el lugar y tomar algunas cosas, se sentó. Le informé que estaba a su lado y él sólo sonrió. Tenía un lápiz, y un cuaderno para dibujar sobre su regazo. Lo veo acomodarse y raspar la punta del lápiz en una página que probablemente ese sea su uso, ya que noté marcas de carbón en ella. Seonghwa suspira, sonríe y lo veo prepararse. Me impresiona la manera en la que hace todo con naturalidad.



Cursed Eyes » SanWooWhere stories live. Discover now