» Capítulo Cuatro

292 63 23
                                    

"Tienes un poder mágico sobre mi, haciéndome incapaz de respirar. Haciéndome vulnerable."

— Excited; Lu Han.



Choi San.



Creer en el amor a primera vista, era imposible para mi. Sin embargo, la atracción era un hecho más viable puesto que, me sucedió.

Conocí a Wooyoung antes de comenzar mi pasantía en el hospital. Fue en una pequeña feria que estaban llevando a cabo en la plaza del pueblo. Habían muchos comerciantes y quioscos de todo tipo de productos. Sólo fui a curiosear, ver qué había y qué estaban ofreciendo en todo ese bullicio. En ese momento, lo vi. Wooyoung vestía de negro, con una camisa blanca, algo desabotonada y un collar descansando en su cuello. Le sonreía a alguien que no podía ver a nuestra distancia, tal vez las ropas de aquella tienda obstruían mi visión en ese momento. Pero puedo jurar que Wooyoung sin duda era lo más sexy que vió mis ojos.

Alguna vez escuché que la palabra sexy viene de algo atractivo durante el sexo. Sin duda era lo único que pasaba por mi mente. Juraría que podría verlo con menos botones y más gotas de sudor en su piel. Aún así, no es algo que haría y sólo lo mantuve en mi mente.

Pero Wooyoung pasó a ser de esas personas que ves una vez en la vida y ya nunca más se aparecen frente a ti. Fue de esa manera por un tiempo, hasta que por pura casualidad terminé haciendo mi pasantía universitaria en el hospital donde él trabajaba.

Cuando me presenté ante él, mi mente sólo pensó una cosa: Es demasiado guapo.

Wooyoung es sin duda muy guapo, es bueno en su trabajo y es muy amable con los demás. Pero debo admitir que lo que realmente me tiene con las piernas temblando ante él son esos ojos extraños que miran el mundo de una forma distinta.

Me recordaban a una historia que me contaba mi abuelo cuando era niño, la historia del niño de ojos bonitos. Este libro trata sobre un niño que tiene unos ojos preciosos, capaz de mostrarte lo que más anhelas, brillando como si tuvieran el cielo estrellado en ellos y expresarse sin necesidad de palabras. Era el niño que miraba la vida diferente, pues sus ojos se lo permitían y por alguna razón, Wooyoung me recuerda a él.

Antes de darme cuenta, él me atraía cada vez más. Pero había algo que comenzaba a llamar mi atención y es el hecho de que Wooyoung en muchas ocasiones se quedaba en otro mundo.



— Él es así. — menciona Momo, una enfermera en turno — No suele hablar con sus compañeros y a veces queda atrapado en eso que llamamos "limbo".


— ¿Limbo? — pregunté, estaba terminando mi café para luego regresar a mi área de trabajo.


Momo asiente. — Es cuando se queda mirando algo, pero no sabemos qué. Está como en "blanco".



Pensé que era una persona distraída o que simplemente necesitaba su espacio para descansar. Pero al parecer es algo que hace muy, muy a menudo.

Cada vez se volvió más extraño, pero no tanto como en ese momento. Comenzó a agitar su mano de un modo para no ser descubierto y se marchó a las afueras del hospital. Mi abuelo me decía que yo era un niño muy curioso, y esas costumbres no se pierden. Así que fui directamente tras de él y lo que vi fue verdaderamente extraño y fascinante.

Wooyoung estaba loco o veía algo más que los demás no.

Yo quería creer ciegamente en la segunda opción.

Desde muy pequeño he tenido una fascinación por lo que hay más allá, fuera de la vista de nuestros ojos y esto es algo heredado. Mi tía suele hablar sobre la vida más allá de la muerte y nos cuenta de cómo en esta vida sólo hay sufrimiento para después vivir en paz en algún otro lugar. No el cielo, ni el infierno. Algo más de lo que nadie habla y que por supuesto no hay forma de confirmar.

Digamos que mi familia es un tanto peculiar y yo adopté todas esas cosas.



— Tienes que contarme con quién estabas hablando.


— Con nadie.


— Sé que si. — Sonreí.



Él dudó, pero parecía sentirse aliviado o tal vez fue mi imaginación. Al final, el tema quedó en el olvido hasta después de nuestro turno laboral, donde perseguí a Wooyoung hasta el estacionamiento. Él suspiró y antes de subirse al auto, se volteó y me miró.



— Entiende, lo que viste lo estás malinterpretando. No estaba hablando con nada de eso que dices, yo simplemente hablaba solo.


— ¿Por qué no me dices la verdad? Escuché todo. Sé de qué estabas hablando.



Wooyoung parecía molesto, cansado y a punto de reventar del coraje que tal vez es mi culpa el ocasionarlo.



— Porque es tonto. Son cosas que no existen, no crees y no voy a perder mi tiempo explicándolo.


— Pero yo si. — Dije, sonreí y él me miró extrañado. — Yo si te creo, porque creo en algo más allá de lo que mis ojos puedan ver y te juro, Wooyoung, que tus ojos me dicen que ves más allá de lo que yo realmente hago.



Wooyoung se quedó mirándome y yo me perdí en sus ojos lo que fue un breve instante. Aunque se sentía como una eternidad. Distinguí la densidad de colores en sus ojos y esos puntos extraños que los decoraban con perfección. Vi ese brillo en su mirada que me decía todo sin necesidad de hablar y fue cuando entendí que Wooyoung era para mi, ese niño de ojos bonitos del que tanto me hablaba mi abuelo en cuentos.

El niño de los ojos bendecidos.




💟
Feliz año nuevo✨💖

Cursed Eyes » SanWooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora