XVII

0 0 0
                                    

tw//tca

Pensé que ya iba a dejar de preocuparme tanto por eso, ni siquiera sé por qué ocurre todo esto conmigo pero tampoco me esfuerzo lo suficiente para erradicar el problema.

Posiblemente busqué la ayuda y sentí que nadie me brindaba el confort que necesitaba, tengo miedo ahora, miedo de volver a ese año en el que lloraba mientras comía a la par que miraba un directo viejo de un artista comiendo, el cual ni siquiera tiene conocimiento de mi condición pero me hace sentir más comprendida que por los que me rodean.

Pensé que ya había recuperado mi felicidad y que dejaría de preocuparme, pero todo cada vez va de mal en peor. Tal vez el gran espacio de estar sola me permite tener libertad a la hora de evitar ciertos alimentos o cocinarme comidas con tan pocos valores en azúcar o calorías, y soy tan consciente de lo que puede traerme consumir esos alimentos tan bajos en calorías que me odio por hacerme algo como esto a mí misma.

Simplemente no puedo parar, tampoco quiero parar si cuando elegí el camino de la recuperación lo único que hacía era comer porquerías y engordar, aunque sé perfectamente que esto es insano, pero no me puedo detener.

No puedo parar de mirar las calorías de las bebidas y contar hasta las de los endulzantes, se me hace imposible no desesperarme cuando un envase no me indica las calorías o cuando salgo a comer y no puedo calcular cuántas hay en el pedido que hice, odio estar emocionada por comer algo hasta que veo las cantidad de calorías que hay por porción. A veces me autosaboteo, trato de fingir que todo está bien para después ir a mi casa y odiarme con todo mi ser por todo lo que comí.

Odio tanto la sensación de querer llorar o vomitar cuando cómo algo que no sé qué hacer al respecto, no se si contarle a alguien de esto o simplemente guardarmelo, no quiero preocupar si a la vez pienso que el problema es mínimo.

Pero lo peor de todo es cuando dejo de disfrutar el tiempo con mis amigas por esto, la comida siempre estuvo presente en nuestras reuniones y las ganas de evitarlo para no comerme la cabeza son más grandes que las ganas de ignorar a mi cabeza y ver a ese grupo de personas que a veces extraño.

random stuffWhere stories live. Discover now