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- ¿Vas a ir a patinar sobre hielo sin mí, Hoseok!? - gritó Beomgyu al borde de las lágrimas

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- ¿Vas a ir a patinar sobre hielo sin mí, Hoseok!? - gritó Beomgyu al borde de las lágrimas.

Lo cierto era que en las navidades anteriores, Jimin y yo nos nos habíamos arreglado para llevar a mi hermano a patinar a una de las enormes pistas heladas que se suelen habilitar en el centro de la ciudad durante los meses más fríos del año.

Fuimos varias veces y, poco a poco, Beomgyu aprendió a mantenerse sobre las cuchillas y a desplazarse por el deslizante hielo a una velocidad moderada. Lo consideramos un triunfo.

Un triunfo, más que nada, porque Beomgyu disfrutaba como si no hubiera un mañana cada vez que la llevábamos.

Y ahora, me había escuchado mientras hablaba con Jimin y le contaba la idea de Taehyung, de ir a patinar con su hijo Kai y conmigo, en lugar de dar la clase de francés que teníamos programada para aquella tarde.

- ¡Por favor Hoseok llevame! - gritaba mi hermano fuera de sí. Me abrazó con fuerza y empezó a llorar. Jimin lo observó con una gran tristeza.

Yo le acaricié la cabeza y recogi su pelo con mis manos. Era negro y suave. Beomgyu me miró, con los ojos enrojecidos.

Y, entonces, reflexioné.

Para cualquier otra persona, otro niño normal, con un colegio, amigos, deberes, televisión y ordenador, acompañar a su hermano mayor a patinar sobre hielo no hubiese sido algo muy trascendente.

Para Beomgyu, cuyo mayor entretenimiento consistía en hacer pasteles con Jimin y que no tenía un colegio al que ir, ni amigos, ni disfrutaba de la televisión igual que los niños normales, ir a patinar significaba un mundo de posibilidades, sensaciones nuevas, sentirse integrada y ver gente.

Para el, lo era todo. Y Taehyung iba a tener que entenderlo.

Contuve una lágrima.

- Está bien, vistete y asegúrate de ponerte unos calcetines bien gordos y de coger tus guantes del segundo cajón - le dije seriamente para después sonreír.

Mi hermano me observó con ilusión, incrédulo. Después de su disgusto, no se creía lo que estaba escuchando.

Ya me había dado cuenta hacía algún tiempo, de que Beomgyu lo vivía todo con muchísima intensidad, cualquier cosa la transformaba en un mundo de importancia.

Me pregunté si realmente no estaba el más acertado que el resto de nosotros "los que no nos pasaba nada y estábamos sanos", quienes le quitábamos constantemente la importancia a todo, con tal de no enfrentarnos a ello.

- ¿A Taehyung no le importará que vayas con tu hermano? - me preguntó Jimin en voz baja para que Beomgyu no nos escuchara.

Fui consciente de aquello, pero llegué a la conclusión de que Taehyung, debido a su madurez e inteligencia que se supone debe tener un hombre de cuarenta y nueve años-, seria capaz de comprender que un niño como Beomgyu quisiera pasar una tarde patinando. Al menos, mi jefe sería más capaz de entender aquello que Beomgyu de comprender que la dejara de lado para ir a patinar con otras personas.

Rozando el Cielo [Vope]Where stories live. Discover now