Rozando el Cielo [Vope]

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El fin de semana fue tranquilo. Como Jimin se había quedado a dormir el viernes, desayunó el sábado conmigo y con Beomgyu.

Mi hermano metía las galletas en la leche y después las dejaba encima de un platito que le solíamos poner junto a la taza. Le gustaba mojar varias galletas y apilarlas unas encima de otras para después comérselas con la cuchara.

Mientras el estaba concentrado, Jimin me preguntó con interés cómo había ido la cena. Le conté los pormenores de la decoración y la conversación con Dowoon.

El estalló en carcajadas cuando le conté el episodio de Taehyung y el panecillo con mermelada.

– Pobre de tu jefe, lo matarás de un infarto algún día – me advirtió el–. - Aunque yo diría que te busca. De algún modo disfruta al hacerte estallar.

– Me dijo que iba a engordar. Lo hizo a propósito. Sabía que le respondería.

Jimin se divertía.

Después le pregunté por su padre. Al parecer se recuperaba deprisa y estaba muy animado. La

– Es un hombre fuerte y tiene ganas de vivir - dijo el con tono alegre.

Jimin no tenía pareja. Me contó que durante la adolescencia había tonteado con un chico pero sin llegar a nada serio, ni formal. Fue nada más que eso: un romance adolescente sin especial trascendencia.

Yo le preguntaba que por qué no se animaba a empezar una relación con alguien de su edad, el tenía su grupo de amigos en la ciudad y parecía contento con la vida que llevaba. Además era joven y guapo.

Jimin solía responder que no quería conformarse con una relación que no lo llenara. Sus palabras exactas fueron: "no voy a tener novio sólo para poder decir que tengo novio, y que así mis amigos no puedan sentirse superiores a mí".

Encontré aquella frase original.

Según el, había gente que con tal de no estar sola o de que "no se le pasara el arroz", terminaban por juntarse con la primera persona que estaba a su alcance sin preguntarse si ambos eran compatibles y qué posibilidades de llevar una vida plena juntos tenían.

Jimin decía que en cuanto encontrase al hombre de su vida, lo sabría. El era partidario de no forzar los acontecimientos. Prefería que el amor surgiera de modo natural, que estuviera basado en el alma y no en el físico.

"No entiendo a la gente que busca sólo sexo", decía el, "el sexo no sirve de nada si no hay amor... Es destructivo".

Las reflexiones de Jimin me parecían muy peculiares para pertenecer a un chico tan joven. Sin embargo, algo de verdad habitaba en ellas.

Después de tomarse su café con leche de soja, Jimin se despidió de mí el sábado.

Aquel fin de semana transcurrió con toda la normalidad posible.