Maratón 1/3 - Cámaras

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Desde la última vez que Leonard y Barry hablaron, el velocista no pudo dejar de pensar ni un segundo en las palabras que el ex-villano le dijo; los puntos que le mencionó tenían mucho después de haberle dado vueltas al asunto, pero aun así era arriesgar mucho, como si saltará de un acantilado solo para sentir la adrenalina y la pregunta era ¿Estaba dispuesto a hacerlo?. La cabeza le iba a estallar por todos sus pensamientos y la culpa lo envolvía, aunque no tenía sentido porque aún no había hecho nada, pero...pensaba en hacerlo.

—¡Barry! —gritó Kara para llamar su atención— ¿Estás bien? —preguntó preocupada.

—Si, si, solo estaba pensando.

—¿Y si piensas mientras peleas? —le dijo Sara Lance mientras luchaba con uno de los malos.

—Mi amor, si te pasa algo, dime y te sacaré aquí —le propuso Oliver.

—¿Ah? No, no me pasa nada —comunico mientras volvía luchar.

Por estar sumido en sus pensamientos había olvidado por completo que estaban en una misión; esto no podía seguir así, tenía que resolver ese asunto cuanto antes.

La misión salió exitosa y se despidieron de "Las leyendas del mañana"; Kara, Oliver y Barry subieron a su nave para volver al complejo. Ahora que volvía a tener calma, el velocista escarlata volvió a sumirse en sus pensamientos, pero está vez el arquero pudo observarlo.

—¿Te pasa algo? —preguntó tomando su mano.

—¿Eh? No, solo es uno de esos días difíciles, ya sabes, a veces amanezco con el pie izquierdo —mintió y aunque el contrario no están convencido, prefirió creerle—. ¿Qué te parece si hacemos algo nuevo cuando volvamos? Escapémonos a algún sitio —propuso con mucha energía.

Atrajo su mano hacia sus labios y le dio un beso—Lo siento, mi amor, pero sabes que tengo trabajo en el complejo —se lamentó—, pero te prometo que cuando termine, soy todo tuyo.

Barry asintió, aunque no había prestado atención después del "Lo siento"; pensaba que debió suponerlo, ya que últimamente, las cosas siempre eran así.

Cuando llegaron al complejo, a lo lejos pudo ver a Leonard irse hacia otra parte y antes de que lo pensara, ya estaba yendo así él. No usaba su super velocidad ya que no quería levantar sospechas, aunque caminar le resultará un martirio, ya que quería llegar a su objetivo cuanto antes.

—¿Papá? No sabía que ya habías llegado —se encontró con su hija Nora cuando doblaba una esquina.

—Apenas lo hice, eh, ¿Cómo te fue a ti? —preguntó un poco distraído.

—Mejor que primera misión, siempre —bromeo, pero no obtuvo respuesta—¿Buscas a alguien?

—No, es solo que estoy un poco cansado —mintió por segunda vez en el día—, iré a mi cuarto ahora.

—Está bien —dijo extrañada por el raro comportamiento de su padre—, te veo en la cena con papá Oliver, adiós —se despidió y se fue.

Allen siguió su camino, pero se preguntó qué si el que se cruzará con su hija había sido una señal para que no cometiera la locura más grande de su vida. De pronto recordó las palabras del dueño de sus pensamientos, "Deja de poner excusas cuando sabes lo que quieres". Justo en ese instante volteó otra esquina y se lo encontró de frente.

—Miren quien está aquí, Scarlet — saludo Leonard—, más conocido como el que pone los sentimientos de los demás por encima de los suyos.

En cuanto lo vio, lo supo...

Lo quería a él.

Sin que él otro se lo esperara, Barry se acercó rápido y lo beso; aunque sorprendido, Leonard no tardó ni un segundo en corresponderle. Ambos sentían fuego recorriendo todo su cuerpo, mientras que sus labios reconocían los ajenas como conocidos, querían acercarse más y más, aunque ya no fuera posible; era como si hubieran entrado a una máquina del tiempo y volvieran a la época en la que estaban juntos, nada había cambiado, la misma pasión con la que se entregaban al otro seguía ahí, latente.

Pero; bien es sabido que cuando hay dos corazones juntos, hay otro que está sufriendo; y está no era la excepción. Como regla del complejo, a cada participante de la Asociación de Superhéroe le tocaría vigilar las cámaras una semana; tristemente, Barry había olvidado que su esposo Olive, era el encargado de esa semana.

El arquero había pasado por incontables métodos de tortura que le habían generado muchísimo dolor, pero no se comparaba en nada a lo que estaba sintiendo en ese momento.

El arquero había pasado por incontables métodos de tortura que le habían generado muchísimo dolor, pero no se comparaba en nada a lo que estaba sintiendo en ese momento

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Bueno, eso es todo por ahora, nos leemos en la próxima 😉

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