No Eres Un Capricho

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─ cómo van las cosas?─ le preguntó Leonardo cuando la pelinegra lo fue a visitar al día siguiente mientras Anika estaba en la escuela.

─ más fácil de lo que pensé, aunque fue la primera noche apenas─ le contó.

─ me alegra escucharlo y ya veras que las siguientes serán mejor─ le aseguró él ─ Agata a intentado molestarlas?─ preguntó.

─ no, después de que se fue echando chispas de aquí, no supimos más de ella─ le contó ─ no creo que intente nada ─

─ con ella es mejor estar prevenidos─ dijo tomando su mano.

─ cómo quisiera estar con ustedes ─ dijo Leonardo.

─ y nosotras que lo puedas estar, pero él doctor dijo que hasta el sábado te dará de alta─ dijo ella ─ cómo pasaste la noche?─ le preguntó. Siguieron hablando un poco más hasta que el doctor llegó para hacerles las revisiones de rutina y mantener en pie que Leonardo no se iría hasta el sábado en la mañana

 ─ ya debo irme, debo conseguir a otra modelo para reemplazar a la que se despidió ─ le dijo dándole un beso de despedida ─ en la tarde regreso con Anika ─ le aseguro.

─ está bien, ve con cuidado ─ le dijo.

─ lo haré, tranquilo, te amo─ le dijo dándole otro beso.

─ yo tambien─ le dijo él y ella salió de la habitación para ir a su taller, tenía que resolver los asuntos de su taller lo más rápido posible porque después debía ir por Anika a la escuela y volver al hospital para ver de nuevo a Leonardo, sería una semana muy agitada.

─ haces muchos vestidos de novia─ comentó Anika. Estaban en la oficina de la pelinegra, después de volver de ver a Leonardo.

─ son hechos por encargo─ respondió Emely buscando entre los papeles de su escritorio.

─ me harias uno?─ preguntó Anika.

─ un vestido de novia?─ preguntó confundida la pelinegra deteniendo lo que hacía para mirarla asentir ─ y tu para que quieres uno, apenas eres una pre adolescente─ comentó Emely.

─ si, lo se, es que siempre me han gustado los vestidos de novia, sabes cual es el más lindo que he visto?─ preguntó con emoción.

─ Cual?─ 

─ él de mi mamá, no fue él vestido más lujoso ni extravagante, fue sencillo, sin muchos detalles, muy lindo— le contó — te mostraría las fotos pero las tengo en casa— 

— bueno, cuando ya estés de nuevo haya me las muestras— le dijo Emely.

— es un trato— dijo Anika— después de que mi papá salga del hospital te mudaras de manera definitiva con nosotros?— le preguntó con curiosidad.

— no lo se— dijo Emely sincera guardando las carpetas, entonces tuvo un mareo que casi la hace sentar en su silla.

— estás bien?— le preguntó Anika.

— si, estoy bien no es nada— dijo la pelinegra restándole importancia.

— segura?, Estás un poco pálida— le dijo la pequeña pelirroja.

—si, solo debe ser porque casi no dormí y por qué no estoy llevando mis lentes— dijo, pensando que en realidad esa era la razón de su mareo.

Anika solo asintió, creyendo más o menos su respuesta y siguió revisando los diseños de Emely que tenía regado por toda la oficina. En la noche volvieron a hablar con Leonardo por video llamada, Jean Carlos había logrado que él doctor le permitiera tener su celular con él para que pudiera estar en contacto con su hija.

— tu abuela a hablado contigo?— le preguntó Leonardo mientras hablaban por video llamada.

— no, después de lo que pasó en el hospital no la he vuelto a ver— le dijo Anika.

— bien, recuerda que no te puede ir con ella a ningún lado sin que Emely o yo lo sepamos y estemos de acuerdo— le recordó Leonardo.

— si, lo se— contestó la pequeña pelirroja— cuánto más estarán peleados tu y mi abuela?— le preguntó.

— hasta que ella deje de ser irracional— dijo su padre con simpleza.

— y eso cuando va a pasar?—

— no lo sé, espero que pronto para que todos estemos tranquilos— contestó Leonardo— ya estarse debes dormir, mañana tiene escuela, te quiero mucho mi niña— le dijo en tono de despedida.

— yo también te quiero— dijo Anika.

— dale el celular a Emely hija— le pidió y Anika lo hizo para después irse a la habitación de Emily que en esos días ella estaba usando como propia— ya se fue?— preguntó.

— así es— contestó la pelinegra acomodándose en él sofá.

— no confío en que Ágata está tomando todo muy calmada, algo debe estar tramando— dijo Leonardo.

— tan mala la consideras que piensas que esté planeando algo en contra de su propia nieta?— le preguntó sorprendida.

— en contra de Anika no, porque sin ella no tiene acceso al dinero que es lo que realmente quiere— le contó — lo más seguro es que está planeando algo para hacerte quedar mal a ti y ella poder quedarse con Anika— dijo.

—no entiendo cómo puede haber una mujer capaz de hacerle la vida imposible a su nieta por dinero— dijo Emely.

— si fue capaz de hacérselo a su hija, no dudo que pueda hacerlo con su nieta— dijo Leonardo seguro viéndola bostezar — estás cansada— comentó el— también debes descansar— 

— también tu, te extraño mucho— le dijo.

— yo también te extraño y no veo la hora de irme de esté lugar, pero espero que pasen rapido— dijo él.

— yo también lo espero—

Para suerte de ambos la semana si paso rapido, entre una rutina, la cual consistía en visitar a Leonardo en las mañanas después de llevar a Anika a la escuela, Luego volver con Anika después de la escuela a visitarlo de nuevo y terminar él día trabajando en los últimos detalles del desfile.

— creo que Emely está enferma— le dijo Anika a su padre cuendo la pelinegra los dejo solos para contestar una llamada del taller, ya era jueves, él desfile era él día siguiente y todo hacían su mejor esfuerzo para que saliera perfecto.

— por qué dices eso mi vida?— le preguntó sorprendido de lo que le decía.

— bueno a estado muy casada, se marea mucho y casi todo él tiempo está vomitando todo lo que come, más en la mañana cuando despierta— le explicó dejandolo aún más sorprendido que antes. En ese momento Emely volvió a entrar a la habitación.

— hijas nos dejas a solas un momento por favor— le pidió Leonardo a su hija. Ella asintió para salir de la habitación — estás embarazada?— le preguntó Leonardo no más su hija cerró la puerta de su habitación.

— no lo sé….