Capítulo 7

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Emely despertó tarde como cada sábado, se había quedado dormida en su sala haciendo bocetos, por lo que se levantó con una gran molestia en su cuello, pero nada que un baño caliente y un buen desayuno no arreglaran.

A las diez sus amigos la abordaron con llamadas preguntando le a la pelinegra sobre su ropa para su cena con él arquitecto, Emely la verdad le daba lo mismo y no entendía porque sus amigos tenían tanta emoción porque ella iba a salir con ese tipo.

Ni que fuera un príncipe.

Además Nicol les invito a todos a una parrillada en su casa al día siguiente, avisandoles que les tendría tres excelentes noticias, pero Emely ya se imaginaba una de ellas.

A las once de la mañana salió de su casa para pasear un poco y distraerse, no le preocupaba su ropa de esa noche, su armario estaba llena de ropa para cada ocasión, una cena con él no era problema, además solo sería eso, una cena y no volvería a saber de él o eso esperaba que pasara.

El hombre parecía demasiado terco e insistente en que ambos salieran, pero todo era porque ella le presentaba un nuevo reto, un nuevo juego. Tal vez antes la hubiera convencido, cuando era ingenua y creía que los hombres se acercaban a ella con buenas intenciones, pero ya no era así y tenía los ojos bien abiertos y su corazón bien cerrado.

Se detuvo en un parque donde pasó casi toda la tarde escuchando música y dibujando lo que veía. También contestó algunos mensajes de su instagram, donde sus seguidores le hacían preguntas de modas y publicaba uno que otro consejo. Ese era su lugar seguro, donde nada la perturba, nada la molestaba y no quería que un millonario rico y guapo con aires de ser la única coca-cola en el desierto perturbaran su vida, por el simple hecho de ser su nuevo capricho.

Pero no sería él capricho de nadie.

A las cinco tomo el camino de nuevo a su casa, sin prisa, ella no era de esas mujeres que tardaban horas arreglándose, la verdad veía eso ridículo, no se necesitaba tanto tiempo para verse bien.

Cuando llegó a su casa tomó una ducha de veinte minutos para relajar su cuerpo, al salir untó su cuerpo con crema hidratante con olor a frutos verdes, le encantaba ese olor, concluido eso fuera su armario para buscar que ponerse para su cena.

Tampoco le gustaba estar descolgando ropa para dejarla tirada, el orden era algo esencial para ella, se sintió incomoda al saber algo desordenado. Sin darle muchas vueltas se puso un vestido de color esmeralda con la espalda descubierta, hasta las rodillas con una abertura en la pierna izquierda, combinó su atuendo con unos tacones de verde muy oscuro casi negros, plancho su cabello dejándolo sedoso, un poco de maquillaje dejando se al natural y listo.

Estuvo lista antes de la hora y en realidad no le importo mucho, así que mientras esperaba se tomó varias fotos para publicarlas en su perfil, para pasar el rato mientras esperaba.

[...]

Leonardo salía de su casa para asistir a su cena con la pelinegra. Había preparado una especifica noche para que ella terminara en su cama esa noche. Entonces justo antes de subir a su auto recibió una notificación en su celular.

Emely había subido una nueva foto.

En ella pudo apreciar cómo ella iría vestida esa noche, se sorprendió que en la descripción de la foto solo decía que saldría a cenar, pero no decía con quién. Ninguna otra mujer desperdiciaria él presumir una cena con él, más la que buscaban algo de fama, prácticamente llamaban a los reporteros para que les sacaran fotos, ya eso ni le molestaba, en todo caso era algo de ganar ganar, ellas tenían su minuto de fama y él un buen polvo.

Guardó su celular para subir a su auto e irse, esa noche sus escoltas no lo seguirán, se quedarían cuidando a su hija, la cual no estaba muy feliz de que saliera con una mujer.

No Eres Un CaprichoDove le storie prendono vita. Scoprilo ora