Capitulo 1

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Llego impaciente a la sala donde han reunido a toda la gente de mi edad. Una única elección. En el centro de la sala hay cinco cuencos, cada uno representa una facción. Agua para Erudición. Cristal para Verdad. Piedras para Abnegación. Brasas para Osadía. Tierra para Cordialidad. 

Veo a mi familia sentada en la otra punta de la hilera de sillas en la que estoy. No se por qué, pero saben que me voy a ir. Saben que no escogeré Cordialidad. Saben que me iré de esta facción, por eso no están a mi lado. Jeanine, la representante de Erudición, esta dando un pequeño discurso al que no hago caso, ni siquiera soporto su tono de voz como para intentar escucharla. Cuando por fin se calla comienza a llamar a las personas por orden alfabético invertido. Sin mucho interés, veo como van haciendo sus elecciones, aunque comienzo a poner atención cuando veo que me va a tocar pronto.

-Alice Thomson -llaman

Me acerco a la mesa y cojo el pequeño cuchillo. Vacilo un rato antes de apretarlo contra la palma de mi mano, dejo que un pequeño hilo de sangre empiece a salir y me doy cuenta de que me tengo que decidir ya, antes de que caiga sin querer en una facción que no es la mía. No lo dudo, a pesar de intentarlo, solo acerco mi mano a Osadía y dejo que mi organismo haga lo suyo.

-Osaďía. -grita un osado a mis espaldas

El resto de los osados aclaman y gritan, sin embargo, los cordiales me miran perplejos e incrédulos. Los he abandonado, y ellos lo saben.

-Eh, muy bien -dice alguien dándome una palmada en la espalda

Sonrió y asiento. Veo como otra de las chicas, "una estirada", elije mi nueva facción. Se sienta a mi lado y no cruzamos palabra.
Cuando acaba la prueba los osados somos los primeros en salir. Corremos por todo el edificio y en verdad, le doy gracias a dios por haberme puesto el vestido corto de mi madre, ya que si no, no habría tenido esta flexibilidad y podría haberme caído ya -que en mi no me extrañaría-. Corremos por las calles de la ciudad, y no puedo evitar sonreír, este sitio es tan diferente a las granjas, que solo me evoca felicidad notar que estoy cambiando en apenas 2 horas. Subimos por unos andamios hasta las vías del tren, pero, ¿que pretenden? ¿Van a subir en marcha? Corro paralela al tren como hacen mis compañeros y, cuando veo la oportunidad, salto y me introduzco en el vagón. A mis lados solo hay osados, lo cual me pone bastante nerviosa por ser la única "rarita". Me miran y cuchichean, miro hacia a fuera y simplemente dejo la mente en blanco hasta que alguien, a mis espaldas, me da una patada en el costado y como acto-reflejo me agarro a su pierna. Este tira de mi hacia dentro del vagón.

-Vaya, parece que te he subestimado cordialita -dice

Es rubio y tiene varios piercings. De debajo de la camiseta le sale un tatuaje que le sube por el cuello. Quiero gritarle pero me doy cuenta de que todos se han callado y están mirando para nosotros. Mierda, seguramente es uno de los líderes de Osadía. Me pongo en pie como hacen todos ¿ahora van a saltar? Se ve que si. Empiezan a tirarse hacia el tejado de un edificio así que, como último recurso si no quiero ser una abandonada, los sigo.
Cuando aterrizo en el suelo me raspo un poco la pierna y me rió, para mi las piernas raspadas ya son algo normal de tanto jugar en la granja. Todos se reúnen al rededor de Eric, el líder que me empujo en el tren, así que como no me queda otra voy con ellos.

-Atención por favor. -pide Eric en un intento nulo de provocar silencio- Que os calléis! -y ahora si, se forma el silencio- Habéis elegido Osadía, aquí valoramos la valentía. La entrada al complejo esta ahí abajo, -dice señalando una caída de 7 pisos tras su espalda- ¿Quién va a ser el primero e saltar?

Todos están callados pero cuando estoy a punto de decir "Yo", alguien de la multitud se me adelanta. Beatrice, la abnegada. Sube a la repisa donde estaba Eric y se quita la chaqueta.

-Eso estirada desnúdate -dice una chica Osada que tengo al lado.

-O mejor vístete -responde un veraz a unos metros de mi

Beatrice mira al abismo, duda dos veces y salta. En el aire, suelta un gemido ahogado. Como no escuchamos ningún grito supogo que ha llegado bien así que después de ella va el veraz, y luego yo. Cuando llego abajo hay una red elástica que para el golpe que me daría si no la hubiese, aunque en vez de dar ya ni lo cuento. Alguien me saca de la colchoneta.

-¿Cuál es tu nombre? -dice el chico- Elije bien, solo puedes escogerlo una vez.

-Lice -digo decidida-. Mi nombre es Lice

-Tercera: Lice -dice en alto-. Bienvenida a Osadía, espera ahí atrás con el resto.

Se escuchan gritos entre la muchedumbre. Me encanta este sitio
Cuando estamos todos me pongo en la parte de delante ya que mido muy poco -por no decir nada- y desde atrás no veo una mierda. El chico que me bajo de la colchoneta, Cuatro, va a ser nuestro instructor.

-Los nacidos en Osadía con Lauren, los trasladados conmigo. Seguidme. -Cuatro empieza a caminar y todos lo seguimos.

Nos enseña todo el complejo de Osadía y nos da el resto del día libre. No conozco a nadie pero un grupo de nacidos en Osadía me aceptan con ellos a pesar de ser una novata, ellos también tienen mi edad.

-Mi nombre es Uriah -dice un chico moreno-. Ella es Lynn, y ella Marlene.

-Yo soy Lice. -Digo caminando a su lado-

La chica más alta, la que se llama Lynn, me pasa un brazo por los hombros y me acerca a ella.

-Ven, vamos a comprarte ropa -dice-, no puedes seguir vistiendo como una cordial, ahora eres de los nuestros.

Lynn y Marlene me llevan a comprar ropa. Uriah también viene pero, como es ropa de mujer, él no comenta, solo dice si le gusta o no. Acabo comprándome una sudadera negra y unos pantalones cortos del mismo color.

-¿Y... ahora que? -Pregunto

-Va a ser la hora de comer, deberíamos ir al comedor. -Responde Marlene

Uriah camina liderando el grupo junto con Marlene. Lynn y yo vamos unos pasos mas atrás, estoy intentando mantener una conversación aunque es algo difícil, pues me distraigo con cada cosa que veo a mi alrededor. Cuando llegamos al comedor todos cogen una bandeja, yo simplemente los imito. Cuando tenemos nuestra comida nos sentamos en una mesa vacía.

No eres tan cruel || DivergenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora