Fate: Black Dawn

Capitulo 27: Viento Poderoso

Destino/Amanecer Negro

Capítulo Siete
Poderosos Vientos de Cambio

Su mirada, ahora brillando con motas de oro, se encuentra con la de él. El año la ha cambiado.

Montado en su caballo, el Rey León trota más cerca del hombre que está solo mientras Gawain sostiene a Lancelot cerca. A pesar de que debería confirmar la salud de sus hombres--

--- sus ojos solo lo ven a él. Su mano libre se eleva y presiona dos dedos en el cuello de su armadura, haciendo que ese casco que declara su existencia misma se esconda en la estructura de su coraza.

Lo que ve la hace detenerse, incluso Gawain tropieza en estado de shock en su esfuerzo por mantener a Lancelot sobre sus propios pies.

Su piel ha palidecido, brillando contra la piel cenicienta que una vez estuvo fuertemente bronceada son redes de marcas rojas como relámpagos que brillan con toda la intensidad de su energía mágica. Los ojos que antes la habían mirado con tristeza y determinación se han convertido en estanques dorados de convicción.

Ha dejado de ser solo un humano, solo un hombre. Ella está mirando la sombra oscura de su antiguo yo.

El Rey León siente pena. Todavía no se ha convertido en un Espíritu Divino, pero su sentido de humanidad se ha silenciado. Incluso ella, sin embargo, es consciente de que lo que van a decir ha sido el destino desde que él llegó.

"Shirou".

"Artoria".

Se bajó del lomo de Dun Stallion, con la lanza a su lado mientras los tacones de sus propias botas pisaban la tierra y la hierba.

El caos de la guerra los rodeaba, pero en medio estaba la serenidad del ojo de la tormenta. El choque de su propia aura oscura con la luz que emite Rhongomyniad.

"Por favor, detén esto". Ella suplicó, los labios torcidos en una mueca de dolor.

"Usted sabe que no puedo." Su voz era agradable para sus oídos y, lo que es peor, hizo que su corazón se inundara de calidez por la forma en que la miraba como si fuera lo único que importaba en el mundo.

Sabía que esa era exactamente la razón por la que él no se detendría. No importa quién estaba frente a él, o quién dijo que sería imposible.

Para Shirou, mientras ella estuviera en el otro extremo de ese camino, él lo caminaría. Morgan se lo había dejado muy claro.

Ella no era su amada, aunque podía ver fácilmente por qué se habría enamorado de él de otra manera. Era un hombre fuerte y justo, que nunca eludiría las consecuencias de sus acciones.

El problema ahora era que lo que él quería no era lo que ella quería. Había sido criada desde su nacimiento para esto.

E incluso si supiera cómo terminaría todo, no podría abandonar a las personas que confiaron en ella. Incluso como aquellos que la abandonaron en nombre de su propia creciente inhumanidad, solo podía mantener la cabeza en alto.

"Dijiste que me amabas." Murmuró, levantando a Rhongomyniad en sus brazos.

Más incluso que tu hermana. Shirou notó, Excalibur Morgan lista.

"Entonces no me hagas hacer esto".

[Fate/Kaleid Oath Under Snow, EMIYA]

"He venido desde el otro lado del mar del tiempo".

Fue un farol en el mejor de los casos. Usar su canica de realidad ahora lo desconectaría de los círculos que lo alimentan a través de Morgan. Sin embargo--