᯽The Dream Fairy┋ᵏᵃⁱᵍʸᵘ ·۫ ☑️

𝟓 ⊹ 𝚒 𝚍𝚘𝚗'𝚝 𝚌𝚊𝚛𝚎

Seúl, ??? de ??? de 2022
Beomgyu, ¿20 años?

El molesto sonido del timbre retumbaba por el pequeño apartamento acompañado de las gotas que caían cada 10 segundos del grifo de la cocina, el cual debido a la casi nula presencia de mobiliario causaba un leve eco audible incluso en la habitación.

Beomgyu abrió los ojos lentamente, encontrándose con el monocromático techo color blanco.

Sabía que estuvo llorando, notaba las lágrimas secas por sus mejillas, pero no quería despertarse. No era el momento, no cuando Hueningkai finalmente había llegado.

Alzó su mano para verla bien, no tenía ninguna de las heridas que se había hecho.

Por supuesto que no, sueño y realidad eran distintos, él lograba diferenciarlos.

Dejó caer la mano en la cama, quedando esta en el mismo lugar donde la tenía antes de despertar.

Ahora sin mover ni una extremidad, observó de reojo hacia la puerta del apartamento con la mirada cansada y grandes ojeras decorando su rostro.

La entrada era completamente visible desde su habitación, aunque realmente no lograba verla bien por tener todas las luces apagadas.

Está aquí de nuevo, pensó. Su cuerpo se sentía muy pesado, y aún sabiendo quién era aquel sujeto que estaba tocando a su puerta insistentemente, no tenía energías para levantarse y abrirle, o más bien no quería.

Le daba miedo.

Lo angustiaba.

Necesitaba evitarlo a toda costa.

Desde hace tiempo él venía algunas veces para intentar contactar con Beomgyu, y no parecía rendirse a pesar de que el castaño lo ignoraba por completo.

No es que ese sujeto le haya hecho algo malo ni nada por el estilo, solo temía que todo volviera a ser como era antes. Y para evitar eso ━según Beomgyu━ debe eliminar todo tipo de contacto con absolutamente todos, algo que cumplió exitosamente al mudarse solo a Seúl.

Nunca esperó que ese chico por fuera de su apartamento también hubiera venido a Seúl, encontrando fácilmente su hogar. En primer lugar, ni siquiera esperaba que lo recordara, pero parece ser que sí.

Este seguía tocando el timbre, dando unos leves golpes en la puerta entre cada timbrada. A pesar de no rendirse, su insistencia no llegaba a ser aterradora como en esas películas thriller que Beomgyu alguna vez vió. Los toques en la puerta eran gentiles, y el sonido del timbre no se hacía repetitivo, a veces pausaba por unos segundos, ¿o tal vez minutos? No lo sabe.

La verdadera pregunta sería: ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que él empezó a tocar su puerta? Tampoco lo sabe.

¿Cuándo llegó a Seúl? Ni siquiera recuerda en qué momento encontró su dirección, mucho menos sabrá cuando vino a la ciudad.

De por sí no sabe en qué día y mes está, tampoco le interesaba saberlo. Ya era suficiente con ser consciente de que estaba en 2022, y lo supo gracias a los gritos de los vecinos en fin de año, festividad que tampoco recuerda cuando se llevó a cabo. ¿Quizás hace poco? ¿O fue hace meses? A saber.

Realmente no le importaba absolutamente nada.

Él solo quería dormir para seguir evadiendo esa realidad que tanto odia, y con un poco de suerte, olvidarla por completo.

Sí, eso haría, dormir hasta que todo lo malo desaparezca de su vida por su cuenta, porque él no podía hacer nada más que cerrar los ojos y vivir despreocupadamente en ese mundo de los sueños donde puede admitir con orgullo que es feliz.

Porque ahí estaba Hueningkai, la razón de su felicidad, el único capaz de alegrar sus horas de sueño.

Él fue a buscarme, tengo que regresar, debe estar muy preocupado...

━Beomgyu... ━se escuchaba una suplicante voz llamándolo por fuera del apartamento.

Aún con alguien al otro lado de la puerta pidiendo amablemente que le abra, Beomgyu volvió a cerrar los ojos.

Por favor, no vuelvas, suplicó mentalmente antes de quedarse dormido, esperando volver a ver a su querido Hueningkai, su hermoso y amado hada de los sueños.

Nada más importaba en ese momento.