Saeko Sano volvía a la casa donde se crió al enterarse de la situación en la que se encontraba su familia, su hermano dejó a sus hijos regados por ahí.
•| Alerta spoilers.
•| Intento de comedia Familiar.
•| Contiene Drama ;
•| Todos los derechos...
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Cinco años después.
La fémina corría por la casa, lavaba los trastes mientras miraba como los niños jugaban y procurando que Shinichiro y Takeomi estén cuidando a sus hermanos.
- Momo~ necesito que vuelvas, se están volviendo salvajes - hablo por el teléfono mientras sufría, realmente le hacía falta su presencia.
- Volveré en una semana Sae, necesito renegociar este contrato, cuida bien de los niños- habló en coreano mientras se escuchaba como caminaba por algunas calles de Seúl.
- Shinichiro termino el avión de juguete pero Mao amenazó de muerte a cualquiera que toque el maldito juguete. - se escuchaban risas de parte de la rubia.
-¡No es mi culpa! - la voz de Shinichiro se escuchó lo lejos.
- Y yo soy Superman, joder. - vio como sangraba su dedo por un corte - Cariño te llamo después, me lastime y tengo que curarme.
- ok♡ - la llamada había finalizado mientras la pelinegra se curaba la herida.
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La sangre se veía por el jardín, era de un color carmesí, las gotas seguían en curso mie tras se escuchaban las risas. Shinichiro estaba inmóvil junto a Takeomi ,viendo a Haruchiyo desangrarse por los costados de sus labios.
Manjiro estaba frente al Albino, parecía en un transe, necesitaba volver en si, pero por alguna extraña razón le pidió a su amigo que empiece a reír más fuerte. El rubio seguía con el avion entre sus manos pero rápidamente lo soltó al recibir una bofetada fuerte.
- Que mierda está pasando en mi casa. - antes de poder seguir se paralizó al ver toda la sangre - Llevare a Haru al hospital, limpien este desastre y por favor Manjiro, explica después que ha pasado aquí.
Saeko rápidamente llevo al pequeño para que vean los Cortes, estaba asustada, el niño no mostraba signo de dolor cuando su jodida boca sangraba.
- Dejara marcas pero se encuentra bien, el niño es fuerte señorita, con su permiso, me retiro. - hablo el doctor.
- Gracias. - Contestó mientras veía como Haruchiyo salía del consultorio con unos vendajes en los costados.
- Volvamos a casa Haru - le tomo la mano mientras salían del hospital.
- Esta bien. -
El viaje fue rápido y silencioso, tan pronto llegaron a la residencia Shinichiro los recibió.
- Madre, como esta? - preguntó tratando de no mirarla a los ojos.
- Jugando y riendo, ya sabes, lo que hacen después de que te corten la boca cariño. - fue irónico pero gran parte era la responsabilidad de Shinichiro cuidarlos junto a Takeomi.
- Saeko...- Hablando del rey de Roma, se encontraba Takeomi en la sala junto a su hermana pequeña.
- Haru, ve al cuarto que quieras y descansa, tenemos una reunión de adultos ,después hablare contigo ¿de acuerdo? - Sonrio aunque salio una mueca que temblaba.
Solo quedaban los tres y la menor que estaba dormida, sabían que la charla era seria y más porque la mayor llamó al Abuelo.
El cuarto era silencioso, Takeomi dejó en el living a su hermana mientras hablaba con los mayores, al final de cuentas había pasado algo raro.
- Bien, Son unas mierdas y les partiría cada extremidad de su cuerpo ahora- Sonrío mostrando típicamente los dientes dando aún más miedo.
