La vida de Amelia Ricci da un giro inesperado cuando, debido a una serie de circunstancias que amenazan la estabilidad y el honor de su familia, se ve obligada a casarse con un influyente empresario cuya reputación es tan impecable como su fortuna.
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(La imagen de multimedia describe perfectamente la mente de Brian, sus traumas y el juramento que le hizo a Vito...)
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Venganza.
La venganza es fría, debes ser muy meticuloso porque todo se trata de un juego, donde solo existen: ganadores o perdedores. Nunca se debe bajar la guardia o, al final saldrás perdiendo.
A la mafia no le importan tus seres queridos, ellos tienen un objetivo y es joderte, por ello, te analizan y a la mínima debilidad quieren destruirte.
Y la mía no era mi padre, mi debilidad se encuentra arriba de mí gimiendo mientras la sostengo de las caderas y me adentro en ella provocando que muerda su labio inferior.
- ¡Más! - pide y acelero mis estocadas, pero ella me detiene.
Empieza a moverse en círculos y dejo caer mi cabeza hacia la almohada de la cama, Amelia marca un ritmo y sus gemidos son música para mis oídos.
La belleza de Amelia es un arma y mi padre cuando la conoció, opino lo mismo. Recuerdo cuando mencionó que su única debilidad era la empresa, que una mujer puede llegar a destruirte y por ello, nunca debíamos mostrar nuestros sentimientos.
- Brian... - Amelia se deja caer en mi pecho.
Ella tuvo su orgasmo, pero yo no, acaricio su espalda desnuda y me tenso cuando sus ojos se enfocan en mí.
- ¿Estás bien?, desde anoche que llegué solamente nos dedicamos a follar.
Sin decir nada, la aparto haciéndola a un lado y me pongo de pie. La ansiedad que siento en estos momentos me hace tomar la botella de vodka y tomar un trago, Amelia se pone mi camiseta negra y camina hacia mí.
- Guardarse las cosas está bien y decirlas cuando estás listo, también. Pero recuerda que el silencio genera más dolor, y aquí estaré cuando necesites hablar.
Paso mis manos frustrado por mis ojos y suelto un largo suspiro.
- No es tan fácil, Amelia.
En este momento no quisiera explicarle sobre mis traumas, desde mi infancia, las drogas y decirle que mataron a mi padre por joderme.
Mi dolor de cabeza es Edén, desde el día de ayer se encuentra con sedantes que la hacen dormir y eso me abruma porque no quiero que la prensa la moleste.
- Necesito una ducha.
Paso de largo sin decirle que me acompañe, entro al baño de la habitación y cierro la puerta tomando aire. Necesito despejar mi mente, son las 10 de la mañana y no tengo idea si Amelia se quedará todo el día en la mansión.
A noche antes que llegara la italiana, tuve una llamada con Fiódor donde confirmó su llegada a Roma esta tarde, al igual que Vito. Me he aislado desde anoche, Greggory llegó a la mansión cuando Amelia estaba de rodillas chupando mi polla.
