The Amazing Spiderman 2: Survivor

Capitulo 5

— Abby vamos, son nuestros amigos de la escuela. — Gwen trataba de convencer a la pelirroja de salir.

— Son tus amigos de la escuela, yo ni siquiera les agrado. — negó la joven con una sonrisa. — Además se supone que hoy le dirias a Flash lo de la universidad.

— Si les agradas, pero siempre estabas con Peter y por eso no te hablaban. — la rubia la miró. — Y si voy a decírselo a Flash, pero no hoy.

— Gwen, no lo puedes retrasar más, ya estamos a punto de mudarnos, eres mi prima y te amo, pero Flash es mi mejor amigo y merece saber que nos vamos a ir al otro lado del mundo. — la pelirroja la miró con los ojos entrecerrados.

— Tienes razón, es solo que no se como decirselo, llevamos casi un año saliendo y yo lo amo, enserio lo hago y no quiero perderlo.

— Y no lo perderás, es Flash, te ama desde que tiene memoria.

— Bien, yo voy a llamarlo para salir hoy.

— Eso es genial. — ella sonrió.

Abby observó a su prima tomar el celular para salir del cuarto, mientras ella solo pensaba en lo diferente que sería todo a partir de ahora, se irían lejos, dejarían todo atrás. Sus pensamientos de pronto se dirigieron a Peter, no quería dejarlo atrás, lo amaba, pero sabía que ya no habia nada mas que hacer por ellos, estaban demasiado lastimados ambos por las culpas y no había forma de solucionar sus problemas.

— Bueno, ya lo llamé, saldremos hoy en la noche. — Gwen interrumpió sus pensamientos asustandola.

— ¡Dios! Me asustaste. — dijo riendo.

— ¿Que pasa por tu mente ahora? — la rubia río, había notado muy distraída a su prima, ya habían pasado un par de semanas desde que ella y Peter terminaron, el incluso le había mandado mensajes preguntando por ella.

Gwen le había dicho un par de veces que la buscara, que ella lo amaba y que deberían hablar de su relación, pero el castaño siempre negaba, diciendo que él no era bueno para ella.

— No podría mentirte aunque quisiera. — hizo una pausa para tomar aire. — Pensaba en Peter, se que han pasado algunos días y bueno, la rabia que tenia ya se fue, solo creo que hubiera deseado que las cosas pasaran de otra manera, que pudiéramos hablar de todo lo que sucedió. No espero que volvamos, se que eso es imposible, pero al menos ser amigos de nuevo, como antes.

— ¿Y entonces, por qué no lo llamas? — Gwen preguntó.

— No creo que él quiera hablar conmigo, dijo que quería sacarme de su vida, se que cada vez que me ve, recuerda lo que sucedió y la promesa que hizo. — una pequeña lagrima se deslizo por su rostro. — No quiero lastimarlo con mi presencia, el ya no quiere estar cerca de mi, es momento de aceptarlo.

— ¿Sabes? Hoy voy a decirle todo a Flash, saldremos al cine primero, ¿porque no vienes? Asi te distraes un poco de todo lo que está pasando. — sugirió.

— No voy a ser el mal tercio ahí. — río. — Además debes estar sola para hablar con el.

— No tengo que estar sola para eso, puedes acompañarme.

— Gwen, no voy a hacerlo. — río nuevamente. — Además, hoy tengo planes, saldré a hacer las compras de la despensa, te recuerdo que no tenemos nada de comida ya y Marie junto a Joe, no van a regresar en mucho tiempo.

— Bueno, tenía que intentarlo. — la rubia negó divertida. — ¿Que harás mañana?

— Es lunes, tengo trabajo en Oscorp.

— Cierto, te ascendieron. — se burló. — Bueno, Harry te ascendio.

— ¡Ay por Dios! ¿Vas a comenzar con lo mismo de nuevo? 

— Pero si no he dicho nada. 

— Harry no me ascendió, de hecho nunca hemos hablado antes, solo lo he visto un par de veces, ¿bien?

— Dije que no había dicho nada. — Gwen salió de la habitación mientras reía.

—Algunas veces te odio. — le gritó la pelirroja saliendo tambien, debia ir al supermercado.

— ¿Quieres algo en especifico? — le preguntó tomando su bolsa. 

— Si, trae chocolates y mi helado favorito, ya sabes donde lo venden. —la miró sonriendo. 

— Gwen, eso está del otro lado de la ciudad, ya no tengo un coche ¿recuerdas? 

— Es cierto, tendrás que aprender a viajar en bus. — se burló. — ¡Vamos! Por favor, es el único que me gusta.

— Bien, pero si me pierdo en las estaciones será tu culpa. — acusó con una sonrisa.

— No te preocupes, tengo un buen amigo arácnido que te buscaría por todas partes de ser necesario. — le guiñó un ojo.

— Sí, definitivamente a veces te odio.

La chica tomó sus llaves y salió de la casa, recordándose que tal vez sería bueno aprender a conducir, después de todo, no sabía si Joe volvería algún día y no podía depender de él para siempre.

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