— Sigue — la miró con ojos brillantes, presionando los dedos de Chaeyoung en su centro, sintiendo su piel erizarse de nuevo ante el tacto de alguien más que no fuera ella misma — Sigue haciendo eso, Chaeng.

Chaeyoung asintió lentamente y se acercó a besarla de nuevo, sintiendo una oleada de excitación ante la sensación de tocar a Mina de esa manera tan íntima, sintiéndose todo tan personal entre ambas bajo la tenue luz de la habitación. Sin darse cuenta, la espalda de Mina tocó el colchón de su cama con Chaeyoung sobre ella, besándola con fuerza, mordiendo sus labios y chupando su lengua de vez en cuando.

Otro gemido se escapó de los labios de la mayor cuando Chaeyoung se sentó sobre su regazo, moviendo sus caderas en círculos con la intención de hacer fricción contra ella.

— Esto... Esto me gusta mucho — puso sus manos en la cintura de Chaeyoung y guio sus movimientos sobre ella mientras cerraba los ojos con fuerza y se dejaba llevar.

— ¿Quieres que te ayude a terminar? — preguntó sobre sus hinchados labios, dejando pequeñas lamidas sobre estos de manera juguetona y pícara. Sonrió al ver un asentimiento de su parte, demasiado ansiosa — Está bien, Minari, haré que te sientas muy bien.

Mina buscaba la manera de ser participativa, sin embargo, no sabía en donde poner sus manos, ni qué hacer o si solo debía quedarse a ver cómo se supone que llegaría a su orgasmo con la ayuda de Chaeyoung, pero sus pensamientos al respecto fueron interrumpidos al sentir la húmeda lengua de la menor juguetear en su cuello, dejando húmedos besos y sutiles mordidas; una corriente de placer recorrió su cuerpo, algo realmente nuevo, sin saber qué tan sensible podría ser en ese punto en específico, llegando a la conclusión de que le gustaba cómo se sentía esa estimulación ahí. En ese momento, se estaba deshaciendo en suaves gemidos con cada tacto en su piel, con cada roce.

— Chaengie...

Las manos de Chaeyoung viajaron hasta la orilla de su pantalón de dormir, bajándolo por completo hasta dejarla en ropa interior. Chaeyoung relamió sus labios al verla de esa forma; muchas veces imaginó cómo sería ver a su mejor amiga, fantaseando con algo así por mucho tiempo, y por fin podría verla como tanto quiso. Quizás sonaba un poco enfermizo y pervertido de su parte, pero no podía evitarlo, le gustaba tanto que no podía simplemente ignorarlo cuando se complacía a sí misma en la soledad de su habitación.

Besó su centro sobre la tela de sus bragas, humedeciéndola más de lo que ya estaba, dejando pequeñas lamidas que causaban que la piel de Mina se erizara.

— Oh... si, Chaeng — balbuceó con sus ojos cerrados, entregándose completamente al placer — ¿Qué haces? — se elevó sobre sus codos al sentir el contacto directo de los dedos de Chaeyoung sobre su clítoris, haciendo movimientos de arriba hacia abajo, masturbándola tan bien que no pudo evitar gemir un poco alto sin darse cuenta.

— Silencio, Mina, van a escucharte — dijo divertida, besando la punta de su clítoris, causando otro gemido que Mina logró amortiguar con su labio inferior — ¿Te gusta así?

Mina asintió frenéticamente, suplicando con la mirada que no se detuviera. La sensación era muy diferente a como cuando ella lo había hecho anteriormente, se sentía mucho mejor. Ni siquiera notó en qué momento su ropa interior ya no estaba, quiso esconderse y taparse por pura inercia, pero Chaeyoung no se lo permitió, ella quería admirarla, guardar muy bien esa imagen en su cabeza para no olvidarla nunca.

— Deja de verme así, me siento extraña — pidió la mayor, moviéndose incómoda.

La oscura y deseosa mirada de Chaeyoung hizo que guardara silencio y volviera a recostarse, de alguna manera entendiendo a la indirecta de que dejara de hablar, de cierta forma era intimidante, pero le gustaba mucho. Sintió los suaves labios de la menor besando sus piernas, pasando su lengua de manera descarada en el interior de sus muslos, haciéndola sentir tan necesitada.

❝ Forbidden ❞ || MichaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora