Capítulo 24

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Jimin entró en su casa dispuesto a hacer una pequeña maleta para pasar la noche en el departamento de Jungkook.

Él le había ofrecido acompañarlo pero el prefirió que le esperase en su casa.

Estaba guardando su neceser cuando el timbre sonó. Sus amigos no estaban en casa, por lo que corrió escaleras abajo.

Cuando abrió la puerta, no esperaba encontrarse allí al guapo rubio que lo observaba con desdén.

—¿Señor Soobin? —preguntó sorprendido. —¿Qué hace usted aquí?

—He venido a hablar contigo —soltó el hombre adentrándose en la casa sin esperar una invitación.

—Disculpe pero, ¿cómo ha sabido mi dirección?

—¿Crees que en Recursos Humanos no darían lo que fuera al novio del director general? —comentó displicente y petulante.

—Creía que usted era el exnovio del director general —acotó con insolencia ganándose una mirada furibunda del hombre.

—Te crees muy listo, ¿no? —le increpó Soobin. —Te crees muy listo pero no eres más que un puto.

—Le agradeceré que no me falte el respeto en mi propia casa.

—¿Y tú no me has faltado el respeto a mí, maldito hijo de puta? Has estado provocando a mi novio hasta que has logrado engatusarlo. ¿Crees que no sé qué te desharás de él tan pronto como te saques las ganas?

—Lo lamento, señor. Tal vez yo me haya comportado como un puto, pero sus reclamos debería hacérselos a él, que es quien tenía un compromiso con usted.

—¡Él está ciego! —gritó el rubio furioso —Ciego por tu culpa.

—Lo siento, pero nada de lo que usted me diga hará que cambie mi postura. Estoy enamorado de ese hombre y haré todo lo que esté en mis manos para que él desee también estar conmigo.

—¿Cuánto crees que va a durarte? En cuanto se saque las ganas de follarse a un chiquillo como tú, te dejará. Cuando vea que por mucho que quiera no tiene nada en común contigo, se deshará de ti.

—Pues entonces usted puede estar tranquilo —replicó sonriendo engreído recostado en la puerta aún abierta. —Tal vez en ese momento decida volver con usted.

—Eres un insolente —gruñó Soobin acercándose a Jimin amenazadoramente.

En ese momento, Rose entraba por la puerta abierta.

—¿Qué sucede aquí? —preguntó mirando al furioso hombre que encaraba a su amigo —¿Jimin?

—No es nada, Rose. EL señor ya se iba.

Soobin les observó furioso y sintiéndose frustrado y furibundo, salió por la puerta a grandes zancadas.

—Te arrepentirás de esto —amenazó mientras salía.

Rose observó al hombre claramente confusa.

—¿Y ese quién es? —preguntó mientras se quitaba su abrigo para colgarlo en el armario del vestíbulo.

—Choi Soobin. El exnovio de Jungkook —explicó Jimin cerrando por fin la puerta de calle.

—Vaya. ¿Y qué quería?

—No lo sé. Solo me dijo que Jungkook se cansará de mí y me dejará cuando se dé cuenta que no tenemos nada en común. También me dijo que soy un puto y algún que otro adjetivo.

—Jaja, no sabe el cuan puto puedes llegar a ser. No le prestes atención. Está despechado, es normal.

—Lo sé. Lo entiendo. En realidad lo entiendo. Yo me sentiría igual ante cualquiera que viniera a quitarme a mi novio.

Seducción prohibida Where stories live. Discover now