— ¡Hey! — las otras dos se interpusieron, empujándome hacia atrás.

En ese momento apareció Mikasa.

— ¿Qué está pasando? — separó a Annie de mí, ya que esta, no me soltaba de mi brazo.

— Pasa que son unas entrometidas que quieren que Eren y yo nos separemos. Ilusas, eso no va a suceder. — respondí a la pregunta de Mik, pero hablando fuerte para que el trío de rubias también me escucharan.

— ¿Cómo lo tienes comprobado? ¡Tú eres la ilusa que sólo lo idealiza! — Historia estaba por soltarme un manotazo, pero Mik lo esquivó.

— Basta, chicas. Si no paran de molestarnos, no la contendré, y Kyomi les dará su merecido. Yo no quiero golpear a ninguna mujer, pero ustedes se están pasando.

Las tres rubias se carcajearon.

— Tu novia no sabe golpear, lo único bien que sabe hacer son los orales. — gritó Annie.

— Vamos, Eren, sabes que el que tú nos golpees no lo tomaremos a mal. — la estúpida de Laila lo tomó con doble sentido.

Mikasa la miró mal.
Me solté de su agarre y fui directo a golpearla.

Mi puño rebotó en el ojo izquierdo de la de voz chillona, tirándola al piso, en seguida sus lágrimas ya estaban saliendo.

Historia la auxilió, mientras que Annie se venía contra mí.

Ella, al ser un poco más alta que yo, me tomó por mi cabello y me jaló de un lado a otro. Mi pierna derecha golpeó con fuerza la espinilla de su pierna izquierda.

Annie quejándose, se tiró al piso jalándome con ella. Las dos caímos, pero yo encima.

Soltó mi cabello y mis puños se fueron directo a su cara.

Historia me jaló del brazo mientras que Annie mordía el otro.

Mikasa intervino pateando a la rubia enana y arrebatmándome de ellas.

Eren tomó mi mano y me ayudó a levantarme, las tres rubias se levantaron del suelo y una ayudaba a la otra a quitar el polvo de sus ropas.

Nos miramos entre todas con rostros furiosos.

— Váyanse ahora mismo de mi casa. — ordenó Mik.

Armin y Jean aparecieron.

— ¿Qué mamada acaba de pasar acá? — se preguntó la pareja de la pelinegra.

— Una pelea de chicas, las tres rubias contra tu novia y la mía. — escuché a Eren responder.

— Chicas, dejen esto y vámonos. — Armin recogió sus pertenecias regadas por el suelo, como sus celulares y un poco de dinero. — Mil disculpas, Mikasa.

— Descuida, las que se deben disculpar son ellas.

— En tu puta vida te pediré disculpas. — gritó la más alta de las tres, Annie.

— Rajen de acá, sarnosas. — no lo grité, pero lo dije de la manera más seria posible.

Laila escupió cerca de mi zapato, pero Armin le gritó algunas cosas y ella se calmó. Por mi parte nuevamente la iba a golpear, pero Eren me detuvo.

— Ya déjalas, no valen la pena. — volteó mi cuerpo y lo acorraló con el suyo.

— Mik, ¿Estás bien? — Jean fue con su novia.

— ¿Es broma? Apenas llegaron a rozar sus asquerosas manos con mi cuerpo.

Nos alejamos de allí, esperando que salieran del hogar de Jean y Mikasa. 

Las otras personas que antes habían hecho una bolita para observar el espectáculo también comenzaban a esparcirse.

— ¿Crees que ya dejen de molestarte? — Jean me preguntó.

— Obvio, tu novia es buena para las peleas. — los cuatro reímos.

— Tú no te quedas atrás. — Eren pasó su brazo por mi hombro.

— Deberían de mudarse a otro lugar donde ellas no sepan, sino, serán un martirio, apuesto que por un tiempo los dejarán en paz, pero regresarán, así son ese tipo de mujeres. — recomendó la pelinegra.

— Es algo que lo tomaré muy en cuenta, gracias. — respondió el de greña larga.

Nos sentamos en un sofá apartado de toda la gente y descansamos allí un momento.

— ¿Quieres un vaso de agua o refresco?— preguntó Eren.

Asentí con mi cabeza, Jean le preguntó lo mismo a Mik y ella también cedió. Los dos fueron por refresco para cada una de nosotras.

— Son unas cobardes, ¿tres contra una?Malditas montonosas.

Reí ante su comentario.

— De todos modos no tenían oportunidad contra mí. — respondí enseñándole una pequeña navaja que llevaba conmigo.

— Estás loca, Kyomi. — abrió sus ojos.

— Historia también agarró un cuchillo de tu cocina, pero creo se le olvidó sacarlo en la pelea. — pasé mi mano limpiando el sudor de mi frente.

— Menos mal.

Los dos chicos regresaban con nuestros vasos de refrescos, hablando muy amigablemente.

— Mira el lado bueno de esta pelea, ellos dos podrían ser buenos amigos. — susurré.

Mikasa asintió observándolos.

— Eh, y gracias por apoyarme. — la miré y le sonreí.

— No es nada, para eso soy tu amiga. — me regresó la sonrisa.

Si fuese hombre posiblemente haría a Mik mi novia.

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❝Sadismo❞ || 𝐄𝐫𝐞𝐧 𝐉𝐚𝐞𝐠𝐞𝐫 (+¹⁸)Where stories live. Discover now