La Plaga De La Locura

El Hotel de la Tormenta

No seas tan cruel con ella...

Un amargo despertar, traducido por una voz rota del pasado. Los alrededores eran cada vez más visibles, aún con la existencia de nieve y un frío extremo. Mi supervivencia era imposible, al igual que simpre. Cada vez la importancia de mi vida perdía peso. Cada vez pensaba menos en la importancia de permanencer en pie.

Solo tenía que seguir. Sin rumbo ni propósito. Solo subir la montaña, solo llegar a Carson City. Pronto todo terminaría. Pero, ¿Para quien? Nada garantizaba si realmente la transformación a esos monstruos sería el final. Nada garantizaba que aquellos seres sean el siguiente paso en la evolución. Nada garantizaba que los monstruos no sean pensamientos o sintientes. Nadie podía saberlo, ni ahora ni nunca.

La muerte no es el final. Ya no. Nunca habría un descanso eterno. Nada cambiaría eso. La muerte es solo el fin. La no existencia.

Y entonces me derrumbé. ¿La muerte ya no es el final? Nunca lo fue, y nunca lo será. Solo es un paso, ¡No debería ser así! ¡No quiero morir!, debes hacerlo Bea, es esencial para no sufrir. ¡Sufriré todo lo que quiera, no moriré! Solo es una alucinación, no es real. No es real. ¡No es real!

¡Yo soy Bea!, yo soy Bea. Soy una Brawler, soy una Entomologa, mi mejor amiga es Max y mi tutora legal es Rosa. Mi familia está en Columbus. Están asalvo en Texas. Soy Bea Gulptill, soy Bea Gulptill...

...

No, soy Beatriz. Soy una superviviente, un alma perdida. Estoy sola, no tengo a nadie. Nací y moriré sola. Perdida en un mar de muerte junto a la traición y la ruina. Soy Beatriz Gulptill, el inicio del fin del mundo.

"La muerte es más Universal que la vida. Todos morimos, pero no todos vivimos"

Andrew Sachs

El anarquismo es el resultado de la diferencia de ideas de un pueblo. La discriminación es el rechazo de una cultura hacía otra minoría en una misma nación. Y el odio es un sentimiento profundamente arraigado al ser humano, una cualidad tan notoria como la felicidad y el amor. La ética y la moral han ocultado el odio en lo más profundo de nuestro infierno personal. Por eso cuando emerge de las tinieblas es tan grave.

Un Hotel en la tormenta fue exactamente lo primero que encontré. Tenía un letrero, Snowtel. Y un hombre vigilando el lugar. Esté tenía un gafete bastante notorio en su pecho, con el nombre Saracen Fang. No tenía máscara, ni armas. Salvo un cuchillo con el que tallaba algo en la pared del pequeña hotel.

Me acerqué en silencio. Le arrebaté el arma y la use en su contra. Su cuello sangrando fue lo último que vi de él antes de alejarme, al hotel.

Snowtel, el Hotel de la Tormenta. Sus pasillos estaban vacíos, aún en perfecto orden. La iluminación anaranjada le daba un ambiente confortable.