— Esto no se quedará así, pero no te preocupes, no le diré nada a tus padres, ellos se darán cuenta porque no vas a poder esconder tu obvia homosexualidad por mucho tiempo — soltó molesto, saliendo de la habitación a paso rápido.

Mina volvió a sentarse en la cama, revolviendo su cabello en clara señal de frustración, ¿ahora qué? No le quedaba de otra que enfrentar a sus padres también. Estaba asustada, muy asustada, quiso pensar en el lado positivo de las cosas, al menos había sido sincera, también por fin había terminado con Jaehyun, aunque la manera no fue la mejor, estaba consciente de que lo que había hecho no tenía perdón.

Se acercó con lentitud hacia su ventana, apartó las cortinas y vio como el pelinegro salía de su casa, notándose verdaderamente molesto.

— Pensé que Jaehyun iba a quedarse — entró su madre a la habitación, viéndola con seriedad.

— Dijo que tenía cosas que hacer en casa— mintió, preguntándose de donde había salido tan rápido esa respuesta, la mayoría del tiempo se le hacia difícil decir una que otra pequeña mentira que al final solo la hacían sentir culpable.

— Debo salir, la comida está hecha — avisó, caminando hacia la puerta — No hagas cosas que sabes que no debes hacer, si mientes, Dios no va a perdonarte y serás una mala hija, ¿entiendes?

Sabía por qué lo decía, nunca confiaba totalmente al dejarla sola porque estaba la posibilidad de que fuera con Chaeyoung, y siempre recurría a esas amenazas que últimamente solo la hacían sentir molesta en lugar de tenerle miedo.

Asintió sin mirarla, ya estaba cansada.

La mujer salió de la habitación y se fue rápidamente de la casa, prometiendo no tardar tanto.

Luego de unos minutos pensándolo, creyó que lo mejor era ir con Chaeyoung y aclarar todo, tal vez de esa forma dejaría de sentirse tan mal consigo misma. Necesitaba pedirle disculpas, además, quería desahogarse por lo de Jaehyun.

Salió por la puerta principal y tocó la puerta de los Son, pero otra vez, nadie atendió. Sabía que Chaeyoung estaba ahí porque vio a sus amigas salir, pero no entendía por qué no estaba respondiendo. Pensó de nuevo en la posibilidad de entrar como siempre por su ventana, siendo una gran idea para esos casos, a lo mejor, estaba tomando una ducha o estaba con sus audífonos puestos y por eso no atendía. Se encaminó hacia la parte trasera de la casa y subió como normalmente hacía hasta llegar al balcón.

Se quedó quieto un momento antes de entrar, había visto la silueta de Chaeyoung desde su ventana, pero no sabía qué hacía, tampoco quería interrumpirla en algo que era privado para ella, aunque la idea de verla de nuevo no le aterraba tanto como la última vez.

Justo cuando decidió acercarse, escuchó un suave quejido al interior de la habitación, y no pudo detenerse a sí misma de espiar un poco, otra vez, ya ni siquiera pensaba en sí estaba bien o mal, la curiosidad que tenía era mucho más grande.

Apartó un poco la cortina y se asomó con cuidado; abrió los ojos con sorpresa, su respiración se cortó por un instante ante la escena frente a ella, sintiendo una inexplicable ola de celos en su interior al mismo tiempo que un cosquilleo en su estómago se hacía presente, un cosquilleo que hizo su piel erizarse.

Era Chaeyoung con otra chica.

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