31-Destino:

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La chica cerró el cuaderno, acababa de terminar de escribir el último recuerdo de su corta vida. Sentada en el borde del puente, lo dejó a su lado. Alguien lo encontraría algún día, como ella había hallado las memorias de Soledad. No importaba cuando.

El viaje había sido largo, muchas veces había estado a punto de rendirse. Sin embargo fue una suerte la aparición de aquella vieja camioneta Ford que había acortado considerablemente el trayecto. El conductor había sido benevolente con ella y no había hecho preguntas. Ana no deseaba postergar más su destino. Eligió aquel sitio porque era muy especial para ella. Allí había vivido con Marcos Brown momentos inolvidables. Había sido muy feliz. Había construido esperanzas de futuro, ignorando por completo que su destino ya había sido escrito.

El agua del dique corría a sus pies y la suave brisa acariciaba su rostro, la tranquilidad que allí sentía nunca antes la había experimentado. Con un largo suspiro se paró y lo último que sus ojos grises registraron fue la paz del azul del cielo. 


Ojos GrisesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora