Capítulo 7: Aterrizaje

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Narrador

Una azafata que había llegado a monitorear la situación aunque prefirió permanecer en silencio, al encontrar a dos niños en el copiloto. Comentó al ver lo que decían ellos.

—¿No será porque se calló el motor?

—No normalmente cada uno de los cuatro motores tiene su propio tanque de combustible así que... ¡¿La válvula de alimentación está abierta?! —dijo Conan entrando en razón.

Tomó el cinturón y lo desabrocho, levantándose para presionar una par de botones

—¿No se habrán abierto cuando pasaban los pilotos? Recuerda que el Señor oprimió unos botones para no caerse. —comentó Shiho entre pensamientos, aunque era libre de moverse no lo hizo.

—¡Puff, ese viejo! —gruño de malhumor. —Entonces no tenemos tiempo que perder. —agregó Kid, cambiando de humor a una velocidad impresionante. 

—¡Si! —afirmaron ambos niños.

Haibara se levantó de su sitio, rebuscando un mapa por la cabina, mientras Kaito intentaba comunicarse con la cabina de control pero había demasiada estática como para escucharse algo, y por último Conan trataba de hacer funcionar algo.

—¡Lo tengo! —afirmó la de orbes verdes, una vez encontró el mapa, justo cuando llegó el Profesor Agasa.

—Primero el piloto automático y ahora la radio no funciona. —murmuró disgusto Kid.

—¡¿Qué?! —exclamó impresionado el Profesor.

—¡Aquí está! —volvió a hablar, una vez se acercó de nuevo a su asiento, extendiendo el mapa entre sus pequeñas piernas y las de Conan. —Quedan sobre 3000 libras de combustible, a 300 libras por minuto solo tenemos 10 minutos de vuelo.

—Tenemos que encontrar un lugar para aterrizar en ese tiempo. —comentó el de cabello azabache.

La azafata empezó a dar sugerencias, quería ser útil en algo, pero no tenían tiempo para seguir esas ideas.

—¿Y otra pista de aterrizaje? —preguntó esta vez el Profesor.

—No, podría haber una pista de aterrizaje en un campo o una base JSDF, pero... el largo de la pista no sería suficiente. —descartó Ai buscando un lugar en el mapa.

—¿No podríamos aterrizar en un campo? —sugirió la azafata.

—No se puede, el terreno sería demasiado blando, sería mejor intentar aterrizar... ¿En el mar? —soltó Ai buscando cuáles eran las probabilidades de salir ileso con esa idea.

—No, el avión podría ser revuelto por las olas y volcaría. —le respondió Conan, mirando el mapa.

—Tsk... ¡Qué tal aquí! —exclamó Shiho apuntando en el mapa, un muelle. —¡En Sakimori! —afirmó calculando las probabilidades de salir ilesos.

—Su longitud es aproximadamente 1400 metros y… su anchura probablemente sea de 30 metros. —comentó Conan revisando la información.

—¡Pero la longitud del avión! —intervino el Profesor.

—Lo sé pero si dejamos fuera un ala, ¡estaremos bien! —trató de verle el lado bueno

—Imposible… —intervino, su idea en realidad estuvo mal. —Este avión necesita más de 2000 metros de distancia para aterrizar, la superficie del terreno también es un problema...

—¡Para bien o para mal nos queda poco combustible y no hay muchos pasajeros, cuanto más ligeros seamos, menos distancia de aterrizaje recorrerá! ¡Según la dirección del viento podría ser más corta! —exclamó Conan con una sonrisa.

El Mago del Cielo PlateadoWhere stories live. Discover now