Capítulo 4: Asesinato

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—Hola. —saludó Juri al ingresar en la cabina de pilotos, llamando la atención de estos.

—Señorita, usted no puede estar aquí. —la detuvo la azafata.

—No importa, Nisawa-kun. —habló tranquilo el piloto, deslizando hacia atrás su silla. —Ella es así.

—¿Ah? —soltó confundida la azafata.

—Capitán, hace tiempo que no lo veía. —comentó alegre Juri.

—Si, hace cinco años que no la veía desde que renunció. —habló igual de amable el capitán.

—Siete años. —corrigió Juri.

—No puedo imaginar que haya pasado tanto tiempo. —dijo el capitán.

—No he visto a Nakaya-san hace mucho tiempo también. —saludó al copiloto.

—Hola, he ido a ver Josephine. —le respondió el saludo.

—¿De veras? —preguntó entre curiosa e animada.

—Un maravilloso desempeño.—le respondió el capitán.

—¿De veras? Gracias. —dijo alegre Juri, que sus antiguos compañeros de trabajo la elogiaran era algo importante.

—Estaremos soportandote. —habló en broma el capitán sacándose los guantes, para darle el saludo.

Ella lo miró unos segundos con una sonrisa de orgullo antes de mostrar su mano sin siquiera tocar la de él, este a pesar de estar extrañado tomó la mano de la actriz y le dio un beso en sus dedos, cosa que imitó el copiloto.

—Capitán, encontremonos algún día. —dijo Juri dando por finalizada su visita bajo la atenta mirada de un detective miniatura, que rápidamente corrió a su puesto.

—Maki-san. —la llamó Masayo Yaguchi su mánager, al verla regresar. —Por favor toma algunos chocolates. —dijo extendiendo una caja.

Juri dudó un par de segundos cual coger, hasta que tomó uno y rápidamente lo comió lamiéndose los dedos mientras la mánager le repartía a Kogoro que aceptó y se lo tragó. La mánager siguió repartiendo sin notar el gemido de dolor de su actriz.

—Delicioso. —afirmó extasiado el detective durmiente, mientras que Juri se llevaba las manos al cuello con una expresión de dolor.

Luego de unos segundos con gritos ahogados y gemidos, Juri murió envenenada y todos sus compañeros eran sospechosos.

—Tío, huele a almendras. —comentó Conan al estar cerca del cadáver.

—Fue envenenada con cianuro. —habló Kogoro, al escuchar al pequeño.

—¡Debe ser el chocolate! —afirmó Toru Ban, el director.

—Chocolate… —murmuró serio Kogoro, antes de que su expresión se tornará demente por la posibilidad de quedar envenenado, pasando por diferentes colores completamente asustado. 

—¡Papá! —lo llamó Ran, preocupada por la salud de su padre.

—No se preocupen, si el tío hubiera sido envenenado, no estaría de pie ahora. —comentó el pequeño detective tranquilizando a esos dos.

Rápidamente Kogoro volvió a la normalidad viendo al Conan con el ceño fruncido al no haber pensado bien las cosas.

¿Pero como Juri-san fue envenenada? —pensó el detective entrando en su campo de especialización.

Un envenenamiento con cianuro... todos se habían acercado a la víctima, la primera sospechosa era su manager.

Y por petición de los pilotos se mantuvo en silencio el caso para los otros pasajeros. 

El Mago del Cielo PlateadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora