O5

54 13 5
                                    

Al momento de escuchar esa frase, sentí que mi corazón se detuvo por unos segundos, subí mi rostro encontrándome con los ojos de los cuáles estaba profundamente enamorado.

— ¿Estás bien? — su mano se apoyó en mi hombro, con un manotazo logré que lo quitara de la zona, suspire retrocediendo unos pasos para mirarlo.

Estaba vestido tal y como me gustaba, con ese sweater que le había regalado, y su perfume que invadió mis fosas nasales apenas lo tuve cerca de mi.

— Permiso, me gustaría mucho que me dejes pasar.— Eso fue lo único que dije, intentando abrirme espacio a un costado de él.

— ¿Qué sucede? ¿Estás molesto conmigo? — preguntó mientras me miraba con ojitos de perrito perdido, sus labios se abultaron formando un tierno puchero, su mano agarraba con fuerza mi muñeca impidiendo irme— Esperé tu mensaje todo este tiempo

— ¿Hablas enserio? realmente no puedo creer lo que me acabas de preguntar, por favor déjame ir.— moví con brusquedad mi brazo soltándome de su agarre, caminé rápidamente hasta mi asiento colocándome audífonos.

Él volvió unos minutos después, sentándose al lado de la chica, mientras agitaba sus manos para secarlas, sentí su mirada posarse en mi, pero debía ignorarla, tanto como pudiera hacerlo, una vez volviera a mirar esos ojitos que tanto me gustaban, sabía que caería rendido nuevamente. Y eso no estaba permitido en este momento.

Debía mostrarme firme o lo que más pueda, era inevitable, aunque lo intentara mil veces, y todo este tiempo lo hice, lo más difícil no pensar en olvidarlo, era el hecho de hacer realidad la situación de olvidarlo, y aunque muchas veces me planteé la situación es que debía olvidarlo, recordaba sus ojitos hermosos, esa boquita que me encantaba, y esperaba ansioso a esa respuesta que nunca llegó.

Y ahí es cuando pienso, ¿es que soy tan iluso por seguir viviendo en una fantasía así? sé más que nadie que no debí esperar tanto tiempo por él, recuerdo a mis amigos intentando ayudarme las veces que me dijeron que ya era hora de dejarlo atrás, pero quiero vivir aún en la fantasía en donde comenzábamos a vivir juntos, adoptábamos perritos y vivíamos en una hermosa casa hasta viejitos.

Aquella canción que tanto nos gustaba comenzó a sonar, y no pude evitarlo, lágrimas comenzaron a correr por mis mejillas, es increíble lo mucho que te amo, te amo tanto que duele.

— ¿Por qué lloras? ¿Por qué estás enojado conmigo? Llevo esperando meses tu mensaje.— aquella voz, la que me hacía sufrir ya no me atormentaba en mi mente imaginando escenarios falsos, estaba limpiando mis lágrimas con cuidado, mientras me miraba con tristeza.

un tiempo para nosotros ; marksonWhere stories live. Discover now