-Sí, era un regalo para mi Exnovia- dijo en mí mismo tono.

-¿Y por qué te dejó? ¿O la dejaste tú?- preguntó Megan una vez acomodados dentro. Parecía una niña pequeña curiosa.

Yo tragué saliva mientras Alex arrancaba el motor.

-Bueno, me equivoqué- dijo apretando los dedos al volante- la cagué más de una vez… y antes de que pudiera hablar  con ella, se marchó- sinceramente no me afectaba en lo más mínimo lo que decía.

-La debiste cagar bastante para que se marchara así- dijo Megan. Que graciosa, vaya libertades se tomaba con él para no conocerlo.

-Pues sí, algo de la magnitud de liarte con alguna de tus ex o algo así- dije yo mirándolo levantando una ceja.

Él me correspondió la mirada rápidamente. No se esperaba en absoluto mi falta de escrúpulos.

-¿Dónde nos llevas a cenar?- pregunté haciéndome la simpática.

-A un nuevo restaurante que he abierto, hoy hacemos la cena de honor- explicó.

Aparcó  el coche en el lugar reservado y bajamos. Megan me cogió del brazo.

-Ya lo sé- me dijo susurrándome en el oído- también leo revistas. Esas palabras me congelaron.

-Señoritas- dijo Alex acercándose rompiendo el estado en el que me habían dejado Megan.

Megan enseguida se agarró del brazo que Alex le ofrecía, yo fui más reacia a hacerlo.

Llegamos a la puerta del restaurante y me quedé alucinada. Nunca había visto tanta gente en la cola. Nosotros como no, pasamos por una alfombra que había y los fotógrafos  se ensañaron con nosotros.

Alex sabía lo poco que me gustaba posar, se paró frente a los paparazis y empezó a sonreír. Me vi obligada a pararme al lago de Alex. Para cojones los míos, pensé. Me desabroché el abrigo para que dejara entrever el vestido que llevaba. Había una reportera con cámara que me llamó, y yo amablemente me acerqué.

-Emily, Emily- gritó para que la viera entre el montón de gente- ¿Has venido con Alex al restaurante?- preguntó rápidamente. La pregunta era un tanto retórica.

-Sí, justamente hace poco que he llegado de Milán y no vi mejor oportunidad que aceptar la propuesta de mi amigo para venir a cenar- ante todo las cosas claras.

-¿Qué te parece el nombre del restaurante?, mucha gente en internet cree que el nombre tiene un segundo significado hacia ti- no me había percatado que no había leído todavía el nombre del restaurante.

Me giré y alcé la vista, en letras blancas sobre un fondo azul resaltaba la palabra “Mezza notte” y la silueta de la cabeza de un lobo con la luna detrás.

-Me encanta el nombre del restaurante, y sinceramente no sé, se lo preguntaré más tarde si hay algún doble sentido- dije riendo.

-Muchas gracias Emily- dijo la reportera y yo me marché al centro de la alfombra junto a Alex, que me miró inquisitivo.

-¿Entramos señoritas?- dijo tendiéndome de nuevo el brazo y nuevamente lo rechacé.

Nos llevaron a un reservado. Al sentarme miré a mi alrededor y el ambiente era estupendo, decorado con muy buen gusto.

-Es fantástico- dijo Megan.

-Gracias- dijo Alex y después me miró esperando un cumplido por mi parte.

Emily Wolf ©Where stories live. Discover now