Avisé a Megan y las dos nos marchamos, cogimos un taxi y nos dirigimos a mi casa. La echaba de menos, mi guarida.
Le enseñé la casa y le dije la frase típica: Siéntete como en tu casa.
Fui a ducharme y la verdad es que no me apetecía nada cocinar. Megan entró en la ducha después que yo. Me fui a mi habitación y me vestí, me decanté por un vestido de mangas tres cuartos, con la espalda descubierta y que caía hasta las rodillas en color magenta. Salí descalza cuando Megan había acabado en el baño.
-Estás estupenda- me dijo mirándome sorprendida- ¿Sales esta noche?- preguntó asustada.
-No me hagas la pelota que en el fondo soy tu jefa- dije riendo- Y por cierto, esta noche salimos- dije remarcando la última palabra.
-Pero yo no tengo nada así de elegante- dijo mirando sus pies desnudos mientras sostenía la toalla alrededor de su cuerpo.
-Mujer por eso no te preocupes, pásate por mi vestidor y coge algo- dije entrando en el baño- cuando salga quiero que estés vestida- dije guiñándole un ojo y esta salió disparada hacia su habitación.
¿Qué demonios iba a hacer yo con mi pelo? Me puse espuma e improvisé una trenza de raíz en mi flequillo.
-Hecho- dije observando que el resultado era mejor de lo que me había pensado.
Salí y Megan estaba de pie con un vestido en color nude precioso.
-Dios pero tu sí que estás guapísima- exclamé y se puso roja al instante- ¿Qué talla de pie calzas?- le pregunté
-39- dijo.
-Perfecto, ven conmigo- dije arrastrándola al vestidor de nuevo. Busqué en las cajas aún sin abrir que Paul amablemente había dejado en el vestidor, y encontré los zapatos a juego con mi vestido y se los di a ella.
-Pero estos pegan más con tu vestido- dijo cogiendo los zapatos con temor.
-Pero no pensarás ir toda del mismo color mujer- dije cogiendo mis zapatos nude de la repisa- parecerás un fantasma si no.
Busqué accesorios en la maleta tanto para ella como para mí. Pendientes simples, algún brazalete y un bolso pequeño.
-A mí no me hace falta bolso, no tengo nada para llevar- dijo encogiendo los hombros y yo eché a reír.
-Tienes razón, yo tampoco- dije abriendo la cartera- mira lo que haré- cogí la tarjeta y la metí en la funda del móvil.
Ella también echó a reír y nos empezamos a maquillar, mejor dicho ella empezó a maquillarme.
Al acabar buscamos los abrigos y nos dispusimos a salir, abrí la puerta mientras Megan apagaba las luces a su paso.
-¿Pero que coñ…- exclamé al asustarme- Cómo se te ocurre aparecer así?
-Iba a tocar el timbre- dijo Alex mirando a Megan que estaba de pie justo detrás de mí- Iba a invitarte a cenar, me dijo Ana que habías pasad por la oficina.
-Íbamos a salir nosotras- dije fría.
-Pues os invito a las dos- dijo con esa sonrisa de playboy.
No me preguntéis por qué, pero accedí, una fuerza en mi interior se imaginó abalanzándose sobre él y diciéndole cuanto lo había echado de menos.
Al bajar por el ascensor la tensión se palpaba, llegamos hasta un coche blanco. Era nada menos que un Mercedes ML negro.
-¿Coche nuevo?- pregunté muy cabrona.
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Emily Wolf ©
General Fiction[Emily es secretaria de la famosa directora de la revista "Cúspide of moda". Su rutina se ve alterada por la aparición de un atractivo hombre en las oficinas centrales. Ese mismo fin de semana, Emily es invitada a una fiesta dónde se vuelve a cruzar...
Capítulo XXIII
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