Dos

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Beomgyu mantuvo la cabeza gacha mientras caminaba, llevaba sus audífonos puestos, sin embargo, lo único que escuchaba era a las personas a su alrededor y el bullicio de la cuidad nocturna. Llevaba un cubre bocas que le ocultaba un poco más arriba del puente de la nariz, además de un gorro. Iba vestido de negro de pies a cabeza.

La imagen que se proyectaba dentro de su cabeza, de alguna manera se reproducía en blanco y negro, a excepción de ese rojo brillante y saturado que se ondeaba a unos metros delante de él.

Sus ojos estaban fijos en ella mientras caminaba; era casi medianoche y la multitud había disminuido de forma considerable. Beomgyu estaba lo bastante cerca para escuchar la conversación que la muchacha estaba teniendo por teléfono, pero no lo suficiente para ser descubierto. Puso sus manos adentro de los bolsillos de su chaqueta negra, sintiendo sus uñas clavarse en sus palmas, a la vez lastimando las heridas que estaban casi curadas.

— Si, amor. Sé que quedamos en que me quedaría en tu casa hoy, pero es bastante tarde, estoy exhausta.

Beomgyu iba esquivando a todos quienes pasaban a su lado, tratando de no perderla de vista.

— Si, si... No tengo clases así que iré en la mañana tempr- No, no tienes que venir tú, cielo. Sí, yo también te amo. —La escuchó reírse y luego de un momento, volvió a guardar su teléfono.

Beomgyu tuvo que seguir de largo cuando ella se volteó abruptamente para mirar sobre su hombro. Se mantuvo apoyado en la pared hasta que ella siguió su camino, solo para comenzar nuevamente a caminar detrás de ella lentamente; el viento frío soplaba contra su rostro, se sentían como pequeños cortes una y otra vez.

Su mente se encontraba en blanco y sus pies se movían casi de forma automática. Para cuando levantó su cabeza, estaba de pie frente al lote en donde vivía su mejor amigo, se había acercado lo suficiente como para diferenciar los números en las puertas. Sintió el metal frío del mango de la navaja que traía escondida en la cintura de su pantalón contra su piel caliente, a pesar de los escalofríos, su cuerpo se movió: subió los tres tramos de escaleras, caminó por el pasillo y tocó la puerta de madera, sus ojos observando fijamente los números brillantes.

Uno... dos... tres...

La puerta se abrió y Taehyun apareció; tenía el cabello desordenado, le cubría los ojos. Si fuese otro tipo de situaciones, Beomgyu se hubiese sonrojado. Mantuvo la cabeza mirando al suelo.

— Hyung, ¿qué hace aquí? —Se notaba por el tono de voz que estaba sorprendido, después de todo, Beomgyu siempre avisaba cuando iba a visitarlo. El mayor levantó la cabeza, sus ojos se habían puesto llorosos, su labio inferior temblaba levemente. Sin pensarlo mucho, se abalanzó sobre Taehyun, sus brazos rodeando su cintura, pudo sentir su aroma irrumpir en sus fosas nasales y la textura de su camisa en su mejilla. — Hyung, ¿está todo bien? ¿Está llorando? —Taehyun sostuvo los hombros del mayor, tratando de apartarlo, pero solo se sostuvo con más fuerza.

— Es mi gata, y-yo no puede hacer n-nada. —Sus hombros subían y bajaban, dándole a entender a Taehyun que estaba sollozando. Se sorbió la nariz y levantó la vista nuevamente, con una evidente expresión de tristeza, se suponía que estaba devastado. — No supe q-que hacer, llegué demasiado tarde. —Las palabras salían entrecortadas y su respiración irregular. — Ella m-

Taehyun abrazó a Beomgyu, levantándolo levemente del suelo. Le acarició la espalda y le dio unas suaves palmadas en la cabeza. Al separarse, le limpió las mejillas con sus pulgares.

— Venga, entre. Hace frío y se puede enfermar. —Beomgyu asintió y entró, escuchando como la puerta se cerraba y el sonido de la cerradura.

Amarla parece agotador, lo hice por ti.

#𝐊𝐈𝐋𝐋 𝐅𝐎𝐑 𝐘𝐎𝐔 || TaeGyu - TXTTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang