❝𝐆𝐢𝐯𝐞 𝐦𝐞 𝐥𝐨𝐯𝐞❞ ━ KananMari

𝑭𝒂𝒗𝒐𝒓𝒊𝒕𝒆 𝒄𝒓𝒊𝒎𝒆

❝𝐓𝐨𝐝𝐚𝐬 𝐥𝐚𝐬 𝐜𝐨𝐬𝐚𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐡𝐢𝐜𝐞
𝐒𝐨𝐥𝐨 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐩𝐨𝐝𝐞𝐫 𝐥𝐥𝐚𝐦𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐦𝐢́𝐚
𝐋𝐚𝐬 𝐜𝐨𝐬𝐚𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐡𝐢𝐜𝐢𝐬𝐭𝐞
𝐁𝐮𝐞𝐧𝐨, 𝐞𝐬𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐡𝐚𝐛𝐞𝐫 𝐬𝐢𝐝𝐨 𝐭𝐮 𝐜𝐫𝐢𝐦𝐞𝐧 𝐟𝐚𝐯𝐨𝐫𝐢𝐭𝐨...❞

Había pasado exactamente dos semanas desde la última vez que Mari había visto a Kanan, dos semanas desde la última conversación que tuvieron, la última pelea, la primera y última noche que unieron sus cuerpos en símbolo de "amor"

La rubia anhelaba bastante sobre ese lapso de dos semanas, que fuera así. No quería volver a verla nunca más, al menos no hasta que sus sentimientos hacia la peliazul no fueran más que un simple recuerdo.

Y también habían pasado exactamente dos semanas desde que el rumor de que algo había surgido entre Kanan y Mari, tras que las habían visto salir de la misma habitación, era algo sospechoso, sobre todo, después de una fiesta.

Siendo constantemente mencionadas en revistas de chismes de personas importantes del país, páginas de internet, redes sociales, por televisión, e incluso fuera del país.

¿Acaso era una exageración y malinterpretación por parte de la gente?

Si.

Pero todos los indicios eran ciertos, al igual que ciertos aspectos, eran verdad. Mari seguía enamorada de Kanan, no podía mentir sobre eso.

¿Pero especular que tenían una relación, ¿Qué el compromiso que tenía Kanan con su actual prometido y pareja, se había roto y ahora ellas estaban en una relación sentimental? Dios, sentía que las cosas estaban mejorando un poco para ella, pero se equivocó, ahora probablemente, Kanan la odiaba el doble de antes. Todo se había complicado aún más para ella. Y aunque siempre trataba de mantener una sonrisa para no preocupar a los demás. A Dia no podía mentirle, con ella, era como un cristal, totalmente transparente e imposible de ocultar secretos. Odiaba a la pelinegra por eso y no lo quería admitir.

- Vaya, otra vez eres el titular de las noticias - hablo la pelinegra viendo atentamente su teléfono.

Mari se sobresaltó debido al susto, estaba tan sumergida en su propio mundo que no prestaba atención al su alrededor.

Suspiro, tratando de cambiar las expresiones de su rostro, para no verse preocupada y pensativa.

- ¿De verdad?, pensé que ya habían dejado eso de lado - respondió la rubia haciendo esfuerzos de sonar lo más tranquila posible.

- Creía que esto de tu supuesto romance con Matsuura acabaría a los dos días, pero ya pasaron dos semanas y no cambio nada - la Nishikino dejo de lado su teléfono para poner su total atención en la rubia.

- Kanan debe odiarme el doble ahora.

- ¿Y eso qué? - reprocho la pelinegra sonando hostil.

- N-no, nada, es solo que... - levanto la cabeza viendo el techo de la oficina, sonriendo ligeramente - No lo sé, sé que debería olvidarme de ella y estoy haciendo un avance al no buscarla durante estas dos semanas, pero... - su expresión de felicidad cambio al recordar las últimas palabras que le había dicho la peliazul antes de verla por última vez - Se siente raro, es como...como una presión en el pecho que no me deja tranquila, porque, por más daño que Kanan me haya echo...no me gustaría que su relación acabe por un estúpido rumor.