CAPÍTULO 30

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Emily

Harrison había llamado que en las próximas horas estaría de regreso. EL buscar los textiles había salido mejor de lo que pensábamos. Su madre estaba deseosa de verlos; y claramente yo también lo estaba. No era lo mismo observarlas mediante fotos.

Moira corría buscando a todas las modelos. Debian estar listas a la llegada de Harrison. Seria una noche larga y de mucho trabajo.

Me sentía algo apresurada con tantas cosas por hacer, pero debíamos apresurarnos a tiene todo listo.

Las modelos cooperaban con algunas cosas. Algunas sabían tomar medidas, por lo que, hacíamos todo un poco más rápido.

Acomodamos todo el salón. Habían alrededor de 15 máquinas de coser; 16 con la mía.

Estaba por caer una nevada. Por lo que debíamos apresurarnos a tener todo. No podíamos darnos el lujo de que una nevada prohibiera que nos dejara algunos días en nuestras casas. Si tenia que dormir dos noches en la oficina por dejar todo listo, lo haría.

—Chicas. Necesito que ambas escojan dos modelos de cada colección. Dos lencerías, dos vestidos de noche, dos vestidos de baño y uno de novia. Los vestidos de novia los seleccionaré yo. Solo necesito saber quienes están dispuesta s usar vestidos de novia.

Unas 8 chicas alzaron su mano.

Tenia una decisión muy complicada. De esas 8, solo 4 lograrían entrar en esos 6 vestidos de novia.

Le pedí a la señora Harrison que me ayudase con esa toma de decisiones. No seria para mi fácil escoger. No luego de ver que eran 8 chicas.

—No te preocupes. Sé que diseño le va bien a las modelos. —Asentí.

—Emily... — hablo Moira a mi espaldas.

—¿Si? —respondí.

—...Tengo la lista de las modelos que ya le han tomado medidas. Que hacemos ahora.

—Patrones —respondí.

—Quien los hará.

—Yo —dijo la señora Harrison, ofreciéndose con una gran sonrisa. —Yo creo que puedo hacer todos los patrones antes de que llegue la noche.

Era muy rápida haciendo patrones. Era casi seguro de que podía hacer 30 patrones en menos tiempo del que yo podría hacerlo.

*****

Al llegar la tarde noche, las modelos se marcharon. Dejaron el salón perfectamente ordenado para el próximo día. Había mucho por hacer una ves tuviéramos las telas sobre la mesa. Seria trabajo sin parar.

—¿Que haces a estas horas en la empresa? —pregunto Lina en medios e la video llamada.

—Sabes lo que conlleva una colección. Mucho trabajo.

—Lo sé, pero no deberías de estar a estas horas trabajando. Debes descansar, Em. No puedes darte el lujo de estar cansada. Sabes lo que dijo la doctora la ultima vez.

—Créeme que lo tengo muy presente, Lin. Pero no puedo descuidar esto. Es demasiado lo que hay envuelto y no voy a desperdiciar ni un solo minuto de mi tiempo. Le estoy poniendo todo mi esfuerzo a esta colección y no pienso defraudar a los Harrison. Me costo demasiado impresionarlos con algo diferente.

—Emily... te puedo hacer una pregunta? Sé que puede sonar incómoda, pero... ¿por que sorprender? O mejor dicho, ¿a quien realmente intentas sorprender?

—No entiendo tu pregunta.

—¿Lo intentas impresionar a él?

—¿Que? —cuestión confundida.

—Si, Em. Antes de regresar a la empresa, me dijiste que cada ves que el abria la boca para decir algo, sentías las ganas de comenzar a discutir con él.

—Bueno, me estoy defendiendo.

—No, Em... Solo mírate. Te han hecho un mega cambio de imagen. Apenas te reconozco. No digo que te veas mal, te ves fabulosa, pero... ¿por que el repentino cambio?

—Fue un detalle de la señora Harrison. No entiendo por que dices eso ahora.

—No se, Em... No lo se...

Doy un salto en mi lugar cuando escucho la puerta golpear la pared. Lleve mi mano al pecho. Lina me habla pero no respondo. Me giro en mi lugar para ver quién había sido. Colgué la llamada, sin siquiera avisarle a Lina que lo haría.

—Lo siento, no pensé que estuviera aun aquí. —Dejo las telas sobre el escritorio. —Pensé que estarías en tu apartamento.

—Estaba esperando por ellas. Quería verlas antes de irme... ¿Puedo?

—Claro, son suyas.

Me acerco a verlas. Eran hermosas. Más hermosas de lo que veían en fotos. Sonreí contenta de que fueran mejor de lo que esperaba. Las telas de seda blancas y cremas para los vestidos de novias eran preciosas. Los encajes en diferentes eran una joya. Unas brillantes otras opacas; simplemente preciosas.

—Hay 6 telas que mi madre pidió, las deje en su taller.

—Lo mas seguro las pidió por algún otro proyecto en mente.

—Si, lo más seguro.

Decidí marcharme a casa luego de dejar todo listo. Él se ofreció a llevarme, una ves más me negué aceptar su ofrecimiento. Tenia el taxi esperando a la puerta de la empresa, por lo tanto, no tenia que aceptarlo.

Al llegar a casa, llame a Lina. Me disculpe por haberle colgado. No era mi intención, pero dado al susto, colgué.

Hablamos muy poco. Iba a acompañar a su madre en unos exámenes que le harían. La situación con su madre estaba más grave de lo que pensaba, y en cierta forma, esa noche, dormí con la angustia acompañándome en el pecho.

Días mas tarde, teníamos 10 diseños finalizados. Habían quedado espectaculares. La emoción no abandonada mi rostro. Todo el día sonriendo mientras trabajaba. Era algo que me llenaba mucho. Era uno de mis grandes sueños; y se estaba cumpliendo.

Las modelos estaban encantadas con los atuendos que le tocaron. Unas tuvieron la oportunidad de poder modelar dos diseños. Otras, solo uno. Me hubiera gustado que cada una pudiera modelar un sueño de cada colección, pero desgraciadamente no había podido ser.

1:00 de la tarde y decidí detenerme. Está agotada. Llevaba días trabajando y necesitaba un poco de descanso. Por lo cual decidí pedir permiso para retirarme a casa, a la cual me lo concedieron.

Al llegar a casa, tomé una rápida ducha, comí algo ligero y me recosté en el mueble. Saque mi móvil del bolso.

Hacia unas semanas no hablaba con James. Me parecía muy extraño que no me respondiera de vuelta. Aún así, decidí escribirle y contarle un poco las últimas noticias.

[Emily Anne: Hola, James. Has estado un poco perdido. Asumo que es por motivos de trabajo. Lo entiendo. Solo quería contarle algo. Algo que jamás pensé que podría obtener. Estoy tan contenta de todo lo que he preparado en tan poco tiempo. Presentaré mi primera colección. Claro, a nombre de la empresa, pero la he preparado yo. En fin. Estoy muy emocionada. Trabajo en el taller de al señora Harrison, junto con todas las modelos. Me gusta trabajar directo con las modelos. Nunca debí de estar detrás de un escritorio, desperdiciando el tiempo que debí tener junto con las modelos, pero sobre todo, estar detrás de las máquinas de coser. Estoy feliz de cada pieza que he logrado hacer. La señora Harrison parece una mariposa, sonriendo en todo momento. Me gusta trabajar con ella. Si tuviera la oportunidad de regresar definitivo. Me gustaría trabajar en su taller. Puede sonar un poco egoísta, puesto que su hijo me dio la posición que tengo ahora, pero es solo temporal. No te voy a negar que muchas cosas han cambiado. Hay cosas que me perturban. Me inquietan. Me incomoda. Me... confunden mucho. No sé como definir todo esto que veo y siento. Tal ves... nada de lo que vi alguna ves, es lo que pareció...]

Querido HarrisonWhere stories live. Discover now