two happy, one sad [pausada]

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—¡Gyu! —la vocecita dulce de YooA se escucho llamarlo desde el baño— ¿Puedes cepillar mi cabello? —preguntó cuando vio al mencionado entrar.

BeomGyu asintió, dejando el pequeño canasto de ropa sucia.

—Tienes un cabello muy bonito, YooA —dijo sentándose fuera de la tina en el pequeño banco para peinar el cabello sedoso y rubio de la menor—. Luces como rapunzel, cariño.

YooA sonrió ante ambos apodos—: ¡Gracias papi! —soltó, sin percatarse de lo que dijo hasta que la cara seria de BeomGyu la hizo dar cuenta— Y–Yo perdón...

BeomGyu negó sonriendo, su corazón se removió de felicidad y calidez—: Esta bien, cariño. Puedes llamarme así —tranquilizó, viendo como YooA volvía a sonreír ampliamente.

—¡¿De verdad!? —gritó emocionada, salpicando al golpear sus brazos contra el agua de la tina— Ops, perdón —soltó una risa inocente al ver que llegó a mojar a BeomGyu.

BeomGyu igualmente rió, asintiendo a lo primero—. Claro que puedes, princesa.

YooA se inclino para abrazarlo y BeomGyu correspondió, importandole poco el mojarse. Ambos se separaron por un carraspeo en la puerta.

—¿SooBin?

—Ya que nos estamos refiriendo de otra forma, ¿Puedo llamarte "mi amor"? —preguntó el mencionado, con dirección a Gyu, quien se sonrojo notoriamente.

—¡Papi Beomie es un tomatito!

—Tomare eso como un sí.

Eso hizo avergonzarlo más, mientras padre e hija reían por su sonrojo.

♡ ›ׅ   𖦹 !
...

—Adelante —anunció, sin despegar su mirada del computador.

—TaeHyun.

El mencionado suspiró, alzando la vista para ver al portador de aquella voz.

—¿Qué quieres, HueningKai? —preguntó, sin ganas de hablar.

—Tenemos que hablar —dijo, cerrando la puerta detrás de si, con seguro.

—Lo que sea que tenga que ver con nosotros quedó en el olvido —soltó firme, volviendo su vista al aparato.

—Pero TaeHyun... Te extraño —se acercó a donde el mayor, quien lo seguía ignorando—. Por favor, no lo dije en serio aquella vez.

—Bueno, pero yo si lo estoy diciendo en serio —soltó, viéndolo a los ojos con seriedad.

—Oh, vamos TaeHyun —bufo—. Hace un mes eso no te importaba, ¿Ahora que fue lo que te hizo cambiar de opinión? ¿Acaso fue tu 'querido' BeomGyu? —soltó una carcajada al ver como el mayor asentía— Por favor, TaeHyun. Debes de estar bromeando.

—No lo estoy haciendo —habló—. Así qué si no te queda claro que lo nuestro terminó, puedes irte abrir de piernas a otro —sonrió al ver que HueningKai lo miraba con el ceño fruncido—. En fin de cuentas sabes como hacerlo.

—¡Jódete! —salió disparado de la habitación, furioso.

TaeHyun suspiro agotado, dejando caer su espalda en la silla.

—¿Qué estarás haciendo, BeomGyu? —se preguntó, sonriendo ante la foto de su escritorio que aún mantenía de su cuarto aniversario con el pecoso— Te voy a recuperar, bebé.

♡ ›ׅ   𖦹 !
...

—¿A dónde vamos, SooBin? —preguntó BeomGyu, mirando el camino por la ventana del auto.

—Ya lo veras cuando lleguemos —dijo, tomando la mano del menor para besar el dorso de esta.

—Andas muy cariñoso y romántico, Binnie —soltó riendo con ternura al sentir los besos que SooBin dejaba en cuello y mejillas, aprovechando el semaforo rojo.

—¿Y como no hacerlo contigo, mi amor? —sonrió al ver de reojo como BeomGyu reía dulcemente.

Su risa siendo una melodia ante sus oídos.
 
Al poco tiempo, estacionaron el auto para poder entrar a un enorme rascacielos, subiendo por el elevador de este hasta el piso quince.

Al bajar de este, la vista de toda la ciudad de noche fue lo primero que se podía observar y cautivar. Era todo tan hermoso. Las luces de todos los edificios y calles iluminaban la tierra, mientras que en el cielo, una lluvia de estrellas estaba expuesta a toda vista.

—Esto es tan hermoso —dijo BeomGyu, mirando todo con asombro y belleza.

Unos brazos rodearon su cintura, haciéndolo sobresaltarse pero la voz de dicho dueño lo hizo sonreír. Dejó que su espalda se recargara en el amplio pecho reconocible, sin despegarse.

—Todo el cielo luce como tú, bebé —la sensual voz de SooBin en su oído lo hizo sentirse relajado—. Luces está noche tan explendido —repartió besos por el cuello del pecoso.

—Tú no te quedas atrás, Binnie —murmuró, acariciando la melena de cabello del mencionado—. Gracias por traerme aquí pero ¿sigo sin entender para que venimos aquí?

—Para pedirte algo ante las estrellas y la ciudad entera —tomó las manos del menor, entrelazando sus dedos de ambos—. Beomie, amor, en estos meses que he estado contigo y desde que te he conocido hasta ahora, ha sido una maravilla. Cuando te conocí, caí enamorado de ti y aunque nunca tuve el coraje de poder decírtelo, quiero que sepas que siempre tuve ojos para ti solamente. Estando contigo me he encontrado a mi mismo siendo feliz, estando seguro, cómodo, amado y querido —llevó su diestra a la mejilla del menor para acariciarla—. Beomie, no me arrepiento de nada de lo que estoy haciendo y apuntó de pedirte, así que, mi amor, mi ángel, mi todo. Puede que sea pronto o no pero si me rechazas lo entenderé... Choi BeomGyu, ¿me darías la oportunidad de ser tu novio.

— ¡Si, si! ¡Mil veces si, Binnie! —dijo eufórico con unas cuantas lágrimas en sus ojos ante tantas palabras bonitas, todo lo que SooBin me había dicho lo hizo sentirse tan amado y querido— ¡Te amo, SooBin!

—Y yo a ti, BeomGyu —sonrió, uniendo sus bocas en un cálido pero apasionado beso lleno de emociones.

La poca gente que había alrededor aplaudió, ambos se sintieron algo avergonzados pero no les importaba, lo que realmente les importaba eran ellos dos y el nuevo vínculo que habían formado bajo la luna llena.

Ahora todo sería diferente, iría mejor para ambos, ¿verdad?