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BeomGyu se encontraba acostado boca arriba en medio de la habitación de invitados mientras observaba el techo atentamente perdido en sus vagos recuerdos, en los que había vivido con TaeHyun

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BeomGyu se encontraba acostado boca arriba en medio de la habitación de invitados mientras observaba el techo atentamente perdido en sus vagos recuerdos, en los que había vivido con TaeHyun. Eran tantos momentos que habían pasado juntos que duele tanto recordarlos pero el dolor es lo de menos, y el anhelo es más.

Le dolía creer que todo lo que ambos habían construido juntos se desmoronó en segundos, por su culpa. Se sentía miresable y las palabras que el amante de TaeHyun, o sea HueningKai, le carcomían vivo, lentamente hasta hacerlo odiarse.

¿Qué fue lo que no le dio a TaeHyun para que fuese suficiente? ¿Qué fue lo que le hizo falta? ¿Qué fue el error en él?

No lo sabía.

Pasando su mano por su abdomen en forma de caricia, fue descubriendo defectos que veía en él.

Tal vez TaeHyun le gustaban más delgados, él era gordo.

Subió la mano hasta su rostro, donde las mejillas ya estaban más delgadas y daban forma de hueca. BeomGyu se sintió asqueroso.

A TaeHyun no le gustaría verlo, estaba casi anorexico.

Paso su mano por la zona de las ojeras y pecas con asco por tenerlas. Levantándose se detuvo enfrente al espejo con temor de verse, observó atentamente su complexión.

Y sin poder evitarlo, lloró.

—¿Por qué? —sollozo mirándose con tanto repudio y asco— Eres horrendo, BeomGyu —le dijo a su reflejo—. Nadie va a quererte así —su mirada se nubló aún más por las lágrimas—, TaeHyun te dejó por cómo eres, HueningKai es perfecto... ¿tú qué eres comparado a él?

Con enojo rompió el espejo, cortandose con los vidrios que cayeron y quedaron en su puño.

—No, no, no —negó repetidas veces mientras veía la sangre escurrir—. Esto no es suficiente...

Dejándose caer al suelo tomó un trozo de vidrio para comenzar a cortar con lentitud sus muñecas, queriendo hacerlo lo más profundo posible. Quería desaparecer, quería morir.

Hazlo, vete de este mundo. Nadie te necesita, BeomGyu.

Enterró aún más el filoso vidrio dentro de su piel hasta que la sangre empezara a escurrir y caer al suelo, manchando todo. Sollozo, queriendo terminar con aquello.

Corte tras corte se hizo, y finalmente su cuerpo se tambaleó para impactar al suelo.

Pero se sorprendió al ver que no había caído, con los ojos pesados intentó ver a la figura que lo sostenía en brazos sin importarle mancharse mientras hablaba por teléfono hasta cerrar los ojos.

♡ ›ׅ   𖦹 !
...

SooBin se encontraba en la sala de espera desesperado por alguna noticia del doctor. Quería saber cómo se encontraba BeomGyu.

Cuando había llegado a su casa después del trabajo y de haber dejado en casa de Lisa a su hija, decidió volver más temprano para poder pedirle al menor que tuvieran una cita, ese día se había dado ánimos en intentarlo.

Pero todo cambió drásticamente al entrar a la casa y notar un silencio abrumador.

—¿Gyu? —habló en voz alta mientras cerraba la puerta y dejaba las llaves de su auto en la repisa— Ya he llegado —anunció sin recibir respuesta.

Yendo a la habitación del menor para ver si estaba dormido no esperaba encontrar lo que vio.

BeomGyu estaba con las mangas remangadas hasta los codos para dar vista a ambas muñecas cortadas con lo que serían cortes muy profundos, la cantidad de sangre era abundante y era esparcida por el suelo al igual que los pedazos de espejo roto.

Sin darse tiempo a pensar se acercó rápidamente al cuerpo tambaleante de BeomGyu para atraparlo.

—¡BeomGyu! ¡Responde! —gritó asustado al ver como él menor intentaba cerrar los ojos y no respondía.

Apresurado se quito la camisa que tenía para ponerla en los brazos del menor y parar un poco el sangrado mientras sacaba su celular como podía para marcarle a JeongIn.

—¿Bueno?

—¡JeongIn! Sucedió de nuevo —dijo antes de levantarse con BeomGyu en brazos y poder salir hacia el auto—. Te veo en el hospital —colgó cuando llegó al carro.

Metiendo a BeomGyu en la parte trasera con cuidado mientras se apresuraba a subir y manejar con velocidad hacia el hospital más cercano.

Y ahí se encontraba. Se había sentado a esperar cuando llegó al hospital y atendieron a BeomGyu rápidamente llevándolo a emergencias.

Tenía la cabeza agachada mirando al suelo con tantas emociones juntas y mezcladas. Se sentía culpable de no haber podido hacer alguna cosa más, su BeomGyu no estaría así si se hubiera quedado con él aunque eso no hubiera logrado evitar eso.

—¿Choi SooBin? —la voz del doctor se hizo presente por el pasillo.

Levantándose rápidamente se acercó con desespero por tener alguna noticia sobre BeomGyu.

—Si, doctor ¿BeomGyu esta bien? ¡Por favor dígame! —habló apresuradamente.

—Calme —le dijo—, el paciente se encuentra bien, logramos detener el sangrado.

SooBin suspiro, tranquilo.

—Pero lamentablemente sólo se encuentra débil por la pérdida de sangre que tuvo, por lo cual le recomiendo que lo deje descansar —sonrió—. Puede pasar a verlo.

—Gracias, doctor —agradeció antes de que el doctor se fuera y sin esperar más, entró.

Se acercó con cuidado a la camilla del menor para sentarse a lado y verlo durmiendo.

—BeomGyu, Dios —tomó la delicada mano del menor con cuidado, viendo las vendas—, perdóname por no haber estado ahí cuando necesitabas a alguien, no pude lograr evitarlo —dijo viendo la cara del menor, quien respiraba tan tranquilamente—. Sé que no soy la mejor persona del mundo, ni la mas guapa, y quizas tengo miles de defectos, pero te juro, BeomGyu.... que yo daría todo de mi parte para verte feliz —besó el dorso de su mano—. Seré quien te cuide y protega, es una promesa, Beomie.

Sonrió leve al ver al menor tan tranquilo en su sueño, mientras lo veía aseguró algo.

Él haría de todo para  ver a su pequeño sol feliz, de eso estaba seguro.

Él haría de todo para  ver a su pequeño sol feliz, de eso estaba seguro

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two happy, one sad [pausada]Where stories live. Discover now