¿Eso lo convertía en desleal? No estaba seguro de querer una respuesta, pero se sentía como el peor novio del planeta. Y aún así no se detuvo, y ahí estaba de nuevo, en el centro comercial con su tentación andante, viéndose demasiado bien para la salud mental de Jimin, con un sweater oversized blanco con detalles negros, un pantalón del mismo color, metidos dentro de unos botines militares a juego. Tan opuesto a sí mismo. Jimin vestía completamente de negro, con un sweater de malla y un beatle negro ajustados, además de jeans negros ajustados. Siempre habían sido así, como el ying y el yang; opuestos pero complementarios.

—¿Tienes algo en mente? — Jungkook rompió la línea de castigo mental a la que Jimin se enfrentaba —. Para tu auto-regalo — aclaró —. ¿Ropa interior sexy, para el jodido hombre más afortunado del planeta?

¿Esos eran celos? Podrían serlos, y se sentía bien. Joo-Hyuk no era celoso. Y por supuesto que era algo bueno, ¿pero sentirse deseado? Se sentía grandioso.

«No tendría que estar comparándolos», se reprendió mentalmente.

—El regalo es para mí, no para él. Y de todas formas, la ropa interior de hombre es bastante aburrida.

—Cierto..., aunque lo importante es lo que está debajo — y con un escaneo descarado, Jungkook lo recorrió de pies a cabeza. Jimin se sintió tan cohibido, como si estuviera desnudo.

—No hagas eso — reclamó.

—¿Hacer qué? ¿Mirarte? — el rubio asintió —. No fue mi intención ponerte incómodo.

—Pues no te veo muy arrepentido.

—No fue mi intención incomodarte, pero no estoy arrepentido — confesó sin titubear. Jimin estaba en el lado opuesto de esa emoción tranquila y confiada.

«Maldita sea».

—Estás siendo demasiado descarado.

—Siempre lo he sido, ¿recuerdas?

Lo recordaba vívidamente, como si no hubiesen pasado cuatro años entre medio.

—No lo hagas. Si quieres que confíe en ti, y me sienta cómodo cerca tuyo, debes comportarte. Debes respetarme.

Con un suspiro lleno de resignación, Jungkook aceptó aquello. Era cierto, después de todo.

—Te doy mi palabra — hizo una cruz sobre su pecho, cerrando la promesa, como el chico bueno que no era.

Intentando dar vuelta la página, Jimin los guió a una tienda de retail, buscando el humidificador de aire que deseaba.

La búsqueda tardó más de lo esperado, ya que ninguna de las opciones que encontraba en las góndolas  llenaba la idea que tenía en mente. Y el producto no estaba en la página web, de lo contrario, habría sido sencillo.

Él mismo se estaba cansando, no imaginaba cómo se sentiría Jungkook, quien no se veía interesado en nada realmente, pero aún así, no se quejó en ningún momento.

—Éste se ve bien — Jimin lo miró sostener una caja de un humidificador gris. Esa imagen le sacó un gesto de insatisfacción.

—Muy aburrido.

Sin entender cómo un bendito humidificador de aire podría ser "entretenido", Jungkook dejó la caja de regreso al lugar donde la encontró, y dejó que Jimin continuara su búsqueda.

Para la fortuna de ambos, el proceso no duró demasiado tiempo. Y Jimin encontró, detrás de muchas cajas aburridas, el producto que buscaba. Chilló: —¡Aquí está! — y su sonrisa compensaba cualquier cosa.

「My blood & tears 내 피와 눈물」 ✨ JIKOOK ✨Where stories live. Discover now