- Ten en cuenta que quizás lo que veas no te agrade, y que mantengas la mente abierta. No olvides que lo que veamos allí, no cambiará nada en la percepción que tengo sobre ti. - Bruno hablaba con cierta delicadeza mientras nos rodeaba con un circulo de arena. Yo me encontraba en medio de este, y sentía que comenzaba a temblar. 

- ¿Estás lista? - Asiento con la cabeza y él me toma de las manos, y un pequeño deja vú parecía envolverme. Nuevamente era una pequeña niña, pero ahora sabía a ciencia cierta que mi futuro dependía de si una despampanante rubia aparecería en mi vida. 

Una nube de arena me rodea y cierro los ojos instantáneamente. Tío Bruno aprieta suavemente mis manos para que los abra. En tanto él observaba fijamente a la imagen que se aparecía en ese extraño vórtice.

Una figura femenina parecía estar rodeada de un paisaje invernal. Caminaba con cierta delicadeza y sonreía con una gracia indescriptible. Sus vestiduras tan blancas como ella, se confundían con el lugar. Parecía estar hablando en voz alta, mientras una suave brisa la seguía, como si el aire contestara a sus preguntas. 

Ella estaba emocionada, y de sus manos brotan flores de hielo, muy similares a las que teníamos en casa. 

- Ella también es como nosotros - Bruno estaba igual que sorprendido que yo, sus ojos verdes mantenían ese brillo curioso y quería saber más de aquello. Pero sabía que él no seguiría viendo si es que yo no le daba permiso. 

- ¿Podemos ver más tío Bruno? - El asiente con la cabeza y la visión continúa. 

La mujer parecía estar rebosante de alegría, sus pasos se apresuran hasta llegar a una habitación extraña. Creo que la visión cambió de lugar porque ya no nos encontrábamos en el bosque, si no en un elegante despacho. Aquella figura parecía escribir una carta con suma atención. Y una mujer de un inmenso parecido hablaba preocupada. 

- Elsa tienes que parar, no sabemos nada. 

- Ya sé su nombre. - Aquella mujer hizo caso omiso a las palabras de la otra y siguió escribiendo. 

Así que Elsa era su nombre. Sentía un nudo en la garganta con la necesidad extraña de nombrarla, pero no lo haría. No debía siquiera de enterarme de aquello, eso haría que le de más sentido a la existencia de la persona que arruinaría mi futuro. Me molestaba y me intrigaba el hecho de que esté buscando a alguien ¿Quién es la persona a quién busca con tanto interés? 

La mujer que parecía ser su hermana sale del despacho con cierta consternación, mientras la sonrisa perfecta de Elsa no dejaba su rostro. 

En ese momento la visión termina, y en mis manos cae la imagen de esa mujer de rasgos finos y con una sonrisa blanquecina en todo su rostro. Una parte de mi quería estampar en el suelo aquel pedazo de vidrio verdusco, pero no lo hice.

- Bueno, ahora sabemos que tiene poderes, su nombre es Elsa y parece estar buscando a alguien. - No me hacía nada de gracia nada de lo que estaba sucediendo, quizás algunas dudas sobre quien era parecían estar levemente resueltas, pero nada me aseguraba de que pasaría realmente.

- Eso fue demasiado extraño - Bruno parecía igual de confundido que yo. Solo esperaba que las cosas no empeoren más de lo que estaban y que la persona a quien buscaba no fuera yo. 

- ¿Crees que sepa de nosotros? - Cuestiono con cierta duda. De todas formas, no habría manera de que ella supiera donde estoy, este lugar es casi impenetrable. 

- Ehhhh, No estoy seguro. Ella estaba hablando con el viento. - Mi tío hace movimientos extraños con las manos simulando una ráfaga de aire. Mi mente entra en cuenta de aquel pequeño detalle, y solo sé que estoy jodida. 

JACARANDA |Elsa x Isabela|Where stories live. Discover now