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Nota: este capítulo contiene escenas de carácter sexual y lenguaje explicito. Leer bajo responsabilidad.

1 de julio.

Austria.

Sonrío al sentir la mano de Daniel en mi vientre y al ver su sonrisa desde el espejo. Ambos estamos con las batas blancas otorgadas por cortesía del hotel y nos encontramos en el baño de la suite que Daniel a decidido aceptar. La otra mano de Daniel está apoyada en el tocador, mientras yo me encuentro este este y su cuerpo, desmaquillándome. Sonrío más cuando siento su mano de manera vertical un poco más debajo de mi abdomen. Paso el algodón por mi cara bajo su atenta mirada.

-Así que, por eso estabas mas -hace una pausa- cómo decirlo -piensa sin dejar de mirarme atreves del espejo. Suspiro -¿excitada? -susurra rozando su nariz por mi cuello y su entrepierna en mi trasero-.

Rozo mi trasero en su entrepierna en señal de respuesta. Daniel sonríe trazando círculos en mi piel cercana a mi calzón. Termino de desmaquillarme con el algodón, el cual tiro al bote de basura que esta a un costado del tocador blanco. Muevo la llave del lava manos y me inclino hacia este para tomar el agua entre mis manos y mojar mis rostro.

-Me gusta esto -dice un divertido Daniel detrás de mi cuerpo-.

Me inclino para tomar una toalla de cara y cercarme mientras me rio sarcástica.

Daniel me abraza por mis hombros, envolviéndome completamente y acercándome a su cuerpo. Apoya su mentón en mi cabeza.

-¿Qué crees que sea? -susurra mirando hacia mi abdomen por el espejo-.

-No lo sé la verdad, ¿qué te gustaría que fuese? -lo miro por el espejo-.

-Me gustaría tener niños y niñas -besa mi mejilla- creo que si tenemos solo niños, te volveremos loca -dice divertido-.

Me giro entre sus brazos y beso su mandíbula.

-Feliz cumpleaños Dan.

. . .

4 de julio 2021.

Austria.

Día de carrera. Otro día en el que despierto con Daniel entre mi cuerpo, no sé como planea dormir una vez que mi vientre se haga más notorio. Cierro los ojos. Otro día en el que me despierta una lengua entre mis piernas.

Amén.

Gimo cuando su lengua comienza a dar círculos por mi zona íntima. Las manos de Daniel aprietan mis muslos un par de segundos, pero luego son tentadas a subir por mis caderas y cintura hasta llegar a mis pechos. Flexiona mis piernas quedando mis pies apoyados en el colchón de nuestra habitación del hotel cerca del paddock. Una de las mejores camas, debo decir. Siento como si Daniel se impulsara con para poder llegar más adentro de mi cuerpo, ocasionándome un grito de placer. Mis manos juegan en su pelo castaño acompañados de sus gruñidos. Comienza a aumentar el ritmo de sus movimientos para hacerme llegar, pero unos golpes en la puerta nos interrumpen.

Daniel queda estático en su posición y deja de mover su lengua.

-Ni se te ocurra detenerte -digo entre dientes-.

Escucho la risa por debajo de las sábanas del australiano quien realiza unos movimientos nunca antes vistos. Su lengua se mueve tan rápido que creo que me va a secar por completo.

Toc, Toc.

Entre gemidos maldigo a quien está tocando la puerta.

-Daniel por favor -hago una pausa para ahogar un gemido cuando muerde mi clítoris y clava sus dedos en mis senos-.

Amor a primera sonrisaWhere stories live. Discover now