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Primero quiero agradecerte por tus votos, ya llegamos a más de 100 y la verdad, jamás pensé que pasara y no habría pasado sin tu apoyo. 

Un abrazo a la distancia y que disfrutes el capítulo ❤️😁. 


Nota: este capítulo contiene escenas de carácter sexual y lenguaje explicitito. Leer bajo tu responsabilidad.

25 de marzo 2021.

Bahréin.

Siento el cuerpo de Daniel pegado a mi espalda mientras que con su brazo aprieta mi vientre y nos hace bailar al rito de la música. Siento sus besos en mi nuca junto con su respiración. Jadeo cuando froto mi trasero contra su entrepierna.

-Estas siendo traviesa E -me susurra- y no te conviene -muerde mi lóbulo y me separo de él para quedar frente a frente-.

-Se me ha acabado la champaña -hago un puchero y elevo un poco la voz para que logre escucharme entre la música y los gritos orangutanes de sus amigos a nuestro alrededor- iré a rellenar mi copa -Daniel asiente y comienzo a caminar hacia la barra-.

Al llegar a la barra me sirvo lo último que me queda de champagne y me giro bebiendo de mi copa. En el centro de la pista puedo ver a Daniel con su vaso gigante de cerveza bebiéndolo de un solo trago compitiendo por quien se la acaba más rápido junto con Charles. El australiano se la bebe antes que el piloto de Ferrari y los demás pilotos gritan eufóricos a su alrededor. La mirada de Daniel se cruza con la mía y eleva su vaso vacío por lo que lo imito elevando mi copa de champaña ya vacía. Me guiña un ojo y se aleja de la multitud de hombres que esta vez, alientan a George Russell, piloto de Williams y a Lance.

Al alejarse completamente de ellos, deja de caminar para voltearse y mirarme. Luego vuelve a caminar con dirección a los baños.

-Quiere que lo sigas, por si no has captado la indirecta -me susurra alguien a mi derecha-.

Me giro en la dirección de la voz encontrándome con Pierre Gasly.  Me rio y niego con la cabeza.

-¿Qué cree, que tenemos quince años? -digo volviendo a mirar en la dirección por la que desapareció el australiano-.

-No hay edad para un revolcón en el baño -siento su mirada en mi. Lo miro y el francés me guiña un ojo alejándose hacia la pista de baile-.

...

Al llegar a la puerta del baño con el típico dibujo de un hombrecito negro, me paralizo cual adolescente.

No me encuentro borracha, pero mis cinco sentidos no están trabajando como siempre.

Empujo la puerta con mi mano y lo primero que veo son los urinarios de color blanco en la pared del fondo del baño, un lavamanos color cobre, el típico espejo del porte de la pared y los cubículos del mismo color del lavamanos a mi derecha. Al no ver a Daniel, empujo la primera puerta del cubículo en total silencio, pero no hay nadie. Abro la segunda, y tampoco hay nadie. Al flectar las piernas para poder mirar por debajo de estos, veo sus pies en el último cubículo.

Camino hacia este y abro la puerta encontrándome a Daniel sentado en el váter con sus piernas extendidas a cada lado y sus brazos apoyados en la parte superior del váter. Sonrío y el se da una palmada a sus piernas al juntarlas. Entro al cubículo y cierro la puerta detrás de mi.

-¿Seguro que no entrara nadie? -me siento en sus piernas y paso mis brazos alrededor de su cuello-.

-Están todos advertidos -besa castamente mis labios- él que se atreve a entrar, tendrá que dejarme pasar en la pista -ambos reímos- los chicos te adoraron -esconde su cabeza en mi cuello-.

Amor a primera sonrisaWhere stories live. Discover now