morfeo ; fem! ls

mira a tu alrededor

mira a tu alrededor

Harry esperaba impaciente a que Louise regresara de la universidad. Era su primer día después de lo de las fotos. Llegó cansada, con el ceño fruncido y se tumbó en la cama. Con un movimiento de su mano le indicó que la quería cerca.

Puso una mano en su pecho y apoyó la cabeza en su hombro. Harry cerró los ojos. Siguieron cerrados cuando notó su respingona nariz en la línea de su mandíbula. Y cuando notó sus labios rozar la piel de su mejilla. No fue un beso. Harry agarró la muñeca de Louise.

—¿Qué estás...?

—¿Y si...? ¿Y si...?

Meros susurros de corazones asustados. Harry se humedeció los labios. ¿Por qué era tan difícil mirarla? ¿Por qué no se atrevía a abrir los ojos, si la oscuridad siempre había sido su mayor enemiga?

—No —pidió —. Tú...

Se hizo el silencio. Luego brotó una pequeña risa de los labios de ambas. Louise acabó con su cabeza en el pecho de Harry, mirando el techo.

—Mira a tu alrededor, Harriet. —Harry apretó los ojos. Odiaba ese nombre —. Está podrido. Siempre lo he sabido. ¿Por qué me parece tan bonito cuando estoy contigo? Incluso ahora. Incluso con la mierda de día que he tenido. Ahora, contigo, me parece el lugar más hermoso del mundo.

Harry contuvo la respiración. Notó a Louis revolverse encima de ella y, en aquel momento, abrió los ojos. Y se encontró con unos brillante zafiros mirándola con ternura.

—Yo...

—¿Te pasa igual?

Harry apretó los labios. Un poco. Lo notaba en cómo se quedaba pensando en la noche, deseando que llegara cuando desde siempre ese momento del día era el más temido de su rutina. Y en cómo no podía dejar de pensar en ella en clase y en los ratos en que había salido y Harry se quedaba sola en la habitación. Pero la idea era tan aterradora que no se atrevía a pronunciarla en voz alta, a admitirla. Se aferró a la cintura de Louise y respiró el aroma de su pelo. Le pasaba igual. Joder, si le pasaba. Apretó su cuerpo con fuerza y se hundió en el hueco de su cuello. Deseó que fuera contestación suficiente, porque había olvidado las palabras.