no nos acostemos todavía, por favor

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no nos acostemos todavía, por favor

No nos acostemos todavía, por favor.

Había noches en las que Harry no podía. Cansada, asustada, con ojeras que le llegaban a los labios. A veces Harry no podía. Entendía que no podía rehuir a Morfeo eternamente, pero ella también se merecía un descanso del descanso. Louise la miró un segundo y asintió. Se incorporó sobre la cama y agarró dos de los dedos de Harry de manera distraída.

—¿Quieres hacer una fiesta de pijamas? —susurró.

Louise encendió la luz y trajo a la cama su caja de maquillaje. Harry no acostumbraba a hacerlo. Alguna vez, en nochevieja u ocasiones especiales, su madre le ponía un poco de rubor y un pintalabios brillante de color rosa claro, pero nada más. Cerró los ojos a petición de su compañera de cuarto, quien acarició su rostro con brochas y con pigmentos. Cuando Harry los abrió, Louise sonreía.

—Eres la chica más guapa que he visto, mi amor.

Y le enseñó el resultado con un espejo redondo de mano. A Harry no le desagradó, pero se sentía extraña, como si no estuviera contemplando su reflejo. La mano de Louise reptó hasta la suya y Harry contempló el amasijo de dedos entrelazados.

—Louise —la llamó, y ella inclinó su cabeza hacia Harry —. Me... me gustan las chicas.

La sonrisa en el rostro de Louise no solo no desapareció, sino que se hizo más cálida. Acarició sus mejillas y rozó la punta de la nariz con la suya.

—Y a mí me gustas tú.

morfeo ; fem! lsWhere stories live. Discover now