Resumen:
Jacon había decidido renunciar a un amor no correspondido, pero quién iba a pensar que tres años después se encontrarían con lo que tanto le costo superar.
Advertencia: Esta es una historia de amor entre Jacob y Edward, tiene contenido lgbt...
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Desde que decidí quedarme, he tomado reposo por alrededor de cinco dias completos en la cama tratando de moverme lo menos posible.
Carlisle siempre me visitaba brevemente por la mañana para verificar mis heridas y cuando terminaba, desaparecería al hospital en donde era su nuevo trabajo todo el dia. Luego Alicee vendría a ayudarme a levantarme, para poder ir al baño y aunque le pidiera de mala gana que se fuera y me dejara solo, ella se quedaría casi todo el dia hablando y haciendome compañía, al menos no me aburría tanto en esas cuatro paredes de esa habitación.
En medio de eso Bella vendría a preguntar como estoy, pero no se quedaba tanto como Alicee y lo agradecí. Y Edward aunque no estuviera todo el día conmigo, siempre vendría con mi desayuno, almuerzo y cena.
¿Y saben que?, Edward no mentía cuando decía que cocinaba riquisimo. Su comida era un arte de manjares con el que siempre me quedaba con ganas.
Era de mañana, al despertar considere sentirme un poco mejor para levantarme y dar una vuelta por algún lado. Tampoco ya no soportaba estar recostado en esa cama siendo un perezoso.
Camine hasta el baño y me detuve enfrente del gran espejo examinando mi pecho, respire casi con dificultad al ya sentir molestia ante esa banda rodeando el centro mi cuerpo fuertemente. Deseaba quitarla y poder ponerme las prendas que Alicee y Bella escogieron para mi.
Pero al intentar sacarla me di cuenta que era molesto y doloroso hacerlo solo. Las ebillas que mantenian la tela sujetada estaban por mi espalda y la heriada en mi hombro derecho no ayudaba mucho.
Aun asi intente quitarmelo solo, pero era inutil.
De repente unos toques en la puerta me sorprendieron.— ¡Pase!— grite. Pero mientras salía del baño y antes de que esa puerta se abriera ya sabía quien era.
Me detuve en la puerta del baño viendolo pasar con una bandeja con mi desayuno, al verlo no pude evitar sonreir levemente.
— Buenos dias.— murmure sin apartar mis ojos fijos de el.
Ven hacia mi, quiero sentirte mas pense sintiendome levemente drogado por su presencia.
— Jacob, te dejo tu desayuno.— observe como dejo la bandeja en la mesita de noche y se giro hacia mi.— Veo que ya puedes caminar, ¿como llevas el dolor?— pregunto acercandose mas a mi como deseaba.
— Puedo soportarlo.— respondi dando un paso mas cerca de el inconsientemente.
— Ire a cazar, cuando regrese si quieres podemos salir y caminar un poco.— propuso y solo pude asentir encantado con la idea.
— Suena bien, me haría bien coger aire fresco.—
— Lo se.— respondió asintiendo.— Te veo mas tarde entonces.— cuando se iba a retirar, di unos pasos adelante agarrando su muñeca deteniéndolo.
