Resumen:
Jacon había decidido renunciar a un amor no correspondido, pero quién iba a pensar que tres años después se encontrarían con lo que tanto le costo superar.
Advertencia: Esta es una historia de amor entre Jacob y Edward, tiene contenido lgbt...
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Luego de unos minutos ya me encontraba estacionado enfrente de mi casa. Antes de bajarme de mi camioneta junto a Edward, respire hondo tratando de prepararme mentalmente para cuando le vaya a contar a mi padre que me involucrare con los vampiros nuevamente.
— Tu padre no estan duro, no se por que andas tan nervioso por decirle.
Interrumpio mi pequeña terapia interna, mirandome fijamente sin un rostro de burla. Yo rode los ojos, ahora si dejando escapar un gran suspiro.
— No ayudas ni un poco.
— Creo que será mejor que me quede acá en la camioneta, ve hablar con tu padre, cuándo lo hagas nos preparáremos para partir.
— ¿Tienes idea de donde podremos empezar arrastrearlos?.— pregunte realmente intrigado con lo que respondería.
El se quedo en silencio unos segundos para pensarlo bien.
— Algo me dice que estan en Roma, segun lo que tengo planeado tendremos que hacer paradas a ver si puedes rastrear el olor de ellos en algún lado.
— No podemos estar dando vueltas por pais en pais ¿sabes?, asi que piensalo bien a donde nos dirigimos.
— Realmente siento que pueden estar allá.— su tono claro y sin duda no me transmitió ninguna inseguridad de su parte, así que asentí.
— Aqui vamos...— murmure bajandome de la camioneta, dirigiendome dentro de mi casa en donde se que estaba mi padre.
— ¿No ibas a trabajar en el garaje hoy?— antes de que pudiera dar aviso de mi presencia pregunto.
— Tengo que hablar contigo.— me dirigí junto a el, que se encontraba en la sala leyendo el periódico acompañado de una taza café a su lado.
— ¿En que lió te has metido ahora?.— pregunto dejando el periódico que leía a un lado, y se dirigio hacia mi. Yo me crucé de brazos enfrente suyo nerviso.
— Te vas a enojar.
— Lo mas seguro, igual siempre te sales con la tuya.— rei ante eso, por que era cierto.
Mi padre nunca podría enojarse conmigo por tanto tiempo, por eso lo amaba tanto.
— Los Cullen y Bella han desaparecido. Edwar es el unico que queda en Oregon y el no sabe a donde fueron, cree que estan en peligro.— en su rostro serio se formo una expresión entre extrañada y preocupada.
— ¿Cuando?— pregunto.
— No me dijo exactamente, supongo que desde hace unos pocos dias.
— ¿Y vas a ayudarlo?
Supire con frustración y me sente en el sofa al lado suyo.
