─Según las últimas personas que los vieron dicen que iban rumbo a la salida de Seúl, tenemos que ir hoy mismo para allá y no perderles el rastro ─dice el detective mirando las posibles rutas que podrían tomar.

─Iré con usted.

─No, será mejor que se quede con su hermano, podemos hacernos cargo, ya le tenemos la pista y no dudo que lo capturemos pronto.

─¿Está seguro de esto? No tengo problemas en ir con ustedes, ganas no me faltan de romperle la cara.

El detective rio.

─No es el único que quiere partirle la cara, los familiares de las pobres niñas exigen darle el peor de los castigos. La ley hará lo posible por que así sea, asesinato es el peor de los delitos y es más severo cuando son menores.

─Esas pobres niñas, no merecían nada de esto ─Toma un poco de café, recordar los cuerpos de niñas le dio mucho coraje y tristeza. Hasta dónde llegará la obsesión de ese hombre por una muerte que fue un accidente.

─Hay muchos psicópatas en este mundo, identificarlos es algo difícil pues son buenos para manipular y fingen ser buenas personas ─Suelta un suspiro cansado, ya que se la pasaron de sitió en sitió por todo Seúl. ─Descanse señor Jeon, nos haremos cargo de todo, le llamaré por cualquier cosa que pase.

─Está bien, buena suerte detective. Pero llame cuando lo tengan.

─Lo haré rápidamente.

Tomó lo que quedaba de café, palmeó el hombro del detective y tomó su chaqueta para salir. Subió a su auto y abrochó su cinturón, miro los mensajes de su prometido con una gran sonrisa. Dio marcha para llegar a casa y comer la rica lasaña que preparó su hermoso castaño.

La noche cayó en Seúl, Namjoon manejaba sin problema alguno escuchando una canción de su rapero favorito, cuando en medio de la carretera dos grandes camionetas a todo terreno lo hicieron detener, Namjoon tuvo que frenar rápidamente haciendo que casi se golpeara contra el volante.

Había cuatro hombres armados y encapuchados totalmente de negro, le apuntaban con las armas lo que hizo Namjoon llamar al detective para que escuchara.

─¡Rápido, sal de ahí con las manos en la cabeza! ¡Rápido! ─gritó uno de ellos. Namjoon abrió la puerta lentamente colocando sus manos atrás de su nuca para no hacer un mal movimiento y lo maten.

─¡Ustedes súbanlo a la camioneta, tenemos que irnos!

Dos de ellos tomaron a Namjoon para subirlo al auto negro, cubrieron su cabeza con un costal para que no supiera el lugar. Namjoon sabía quién los había mandado, ese maldito hombre sí que estaba completamente loco.

Ya teniendo al Namjoon se fueron de ahí.

Seokjin salió a comprar algunas cosas antes de que llegara a su prometido, solo se quedó Jungkook y Jimin en la casa. El rubio estaba dormido en la habitación mientras el pelinegro tomaba algo de leche de banana en la cocina.

De repente su móvil suena con una llamada desconocida, frunce el ceño no queriendo contestar, pero al final lo hizo por si era una emergencia.

─¿Hola?

─Qué sorpresa Jeon Jungkook, al fin vuelvo a escuchar tu dulce voz ─Se escucha una risa de fondo, rápido se dio cuenta de quién era.

─Maldito hijo de puta, ¿cómo te atreves a llamarme? ─Responde entre enojado y sorprendido.

─Siempre fuiste un maleducado, por eso te odiaba tanto además del hecho de mi hija.

─Voy a colgar maldito, no tengo por qué escuchar tus estupideces, la policía se encargará de ti ─Estaba por colgarle cuando escucho una voz familiar.

─¡No vengas Jk, no vengas! ─Su voz, ¿era la de su hermano?

─¡¿Namjoon?! ¿Eres tú? ─inquiere exaltado.

─¡Kook, no le hagas caso no vengas! ¡Ahg! ─Se escuchó un fuerte golpe.

─¡Nam! ¡Nam! ─grito en desesperación, su hermano, era su hermano, ese maldito lo tenía.

─Escucha bien Jeon, si no quieres que nada le pase a tu hermano mayor, quiero que le abras la puerta a la persona que está afuera, el te quitara esa cosa que tienes en el tobillo. Después subirás con él amablemente al auto familiar de afuera, si intentas algo o llamar a la policía, tu hermano se muere. ¿Entendido? ─Hablo fuerte y claro.

─No... No le hagas daño haré lo que me pides, no le hagas daño a mi hermano ─Suplico. Apretó sus puños tan fuerte que sus nudillos se volvieron blancos.

─Vez, nos estamos entendiendo. No le haré nada a tu hermano si sigues bien mis instrucciones, ahora abre la maldita puerta, muero por verte otra vez.

Cuelga.

El timbre suena y Jungkook deja su móvil en la mesa, camina hacia la puerta y al abrirla entra un hombre con un cubrebocas y una gorra. Entra a la casa cerrando la puerta.

─Empecemos chico. Muéstrame el monitor de tobillo.

Jungkook se levantó un poco el pantalón, el hombre empezó con su trabajo. Al quitárselo completamente, ya listo el rastreador aún seguía en verde, aparentando que el menor seguía estando en casa. Jungkook sabía que tal vez de está no se salvaría, tenía miedo. Su hermoso rubio sufrirá en cuanto se diera cuenta de lo que pasaba.

─Soy un puto genio. Andando.

Abre la puerta y Jeon sale junto a él sin ocasionar problemas, no había nadie en la calle como para que alguien avisara a la policía, al fin el maldito director lo tenía. Lo subieron y cuando al fin entró al auto alguien lo golpeó en la cabeza dejándolo inconsciente. Arrancaron sin saber que el oficial de la ruta los seguía detrás, gracias a la llamada de Soobin quien miro a los sospechosos.

Las cosas estaban por complicarse.

Nos vemos pronto

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Nos vemos pronto.
Ya casi termina así que subire otros tres mañana.

𝗠𝗶 𝗗𝘂𝗹𝗰𝗲 𝗖𝗿𝗶𝗺𝗶𝗻𝗮𝗹 ✗𝗸.𝗺Where stories live. Discover now