El primer amor podía llegar ser hermoso y especial, que te dejaba con la mente en otro mundo y el corazón palpitando intensamente. Otras veces podía ser doloroso y no correspondido, teniendo que soportar un corazón roto que costaría sanar o fácilmente podría sanar. Quién sabe.
En Jungkook se podía decir que tenía ambos. Desde pequeño le llamaba poca atención las niñas, fue creciendo y lo mismo con los chicos, porque él seguía sin hallar ese algo en las personas. Por culpa de su abuela, buscaba que alguien fuera su otra mitad, su media naranja y la persona que lo complementara, entre otras palabras más.
La abuela de Jungkook era una persona muy dulce, carismática y tranquila, una de las principales fuentes de felicidad de Jungkook desde que tenía memoria. La mujer era como su segunda madre y su ejemplo a seguir, Jungkook la adoraba con su alma y gracias a ella y sus historias, sus expectativas en el amor eran tan altas.
Su abuela y su abuelo habían sido inseparables cuando se conocieron, conservando un amor tierno y sincero, lleno de momentos únicos y preciosos, que su abuela seguía manteniendo con ella.
—Cuando perdí la vista, tu abuelo seguía dándome notitas, pero esta vez con lenguaje braille, habían veces en que podía escucharlo regañarse porque se olvidaba muy rápido y empezaba de cero. Después de su funeral, tu madre me dio la última carta que él escribió para mí y d-dios, es uno de los muchos tesoros que tengo de tu abuelo —contó una vez la señora Jeon.
Jungkook estaba encantado de sus historias, de como brillaban esos ojitos, de la sonrisa nostálgica en su rostro.
El azabache se hallaba echado en su cama, con un brazo bajo su cabeza como almohada y el otro sobre su estómago.
La cabeza la tenía en su propio mundo, pensando en las cosas que había hecho estos días y en cierto chiquillo que le dejaba como un bobo. Ya habían pasado dos días que Jungkook había almorzado con Taehyung en el salón de Biología, ¡dos mal-di-tos días! El azabache quería gritar contra su almohada nuevamente.
Había sido uno de los mejores momentos de su vida. Ya sea por el fantástico momento que tuvieron ellos dos con la flor —la cual Taehyung no quitó en un ningún momento— y porque estuvieron hablando un poco más mientras comían. Taehyung entró un poco más en confianza con él. Parecía que estaba perdiendo el miedo de a poco y eso le daba esperanzas y ánimos de seguir.
Obviamente el primer mejor momento fue cuando Taehyung se lanzó sobre él y lo abrazó para protegerse de Bam, el otro primero fue cuando Taehyung lo saludó —casi se desmayó de verdad—. Y el otro primero fue cuando escuchó la preciosa risa de su pequeño.
O sea, cada uno de esos pequeños momentos estaban en el primer lugar del corazón de Jeon.
El mismo se sentía tan contento, tan lleno de alegría que podía hasta estallar.
Cuando lo veía sonreír o hablar, Dios, pasaría años viéndolo reírse y contarle hasta como se despertó o como vio a una hormiga cargar una migaja. La necesidad de su corazón por conocerlo más era demasiada, anhelaba pasar tiempo a su lado. Agarrados de la mano, sus dedos entrelazados, recrear escenas de doramas románticos. Tal vez un beso bajo la lluvia o una caminata por la orilla de la playa o tener sus anillos de pareja.
Rápidamente estrechó entre sus brazos la esponjosa almohada, enterrando su carita en la misma, sintiendo sus mejillas arder, nunca le había pasado eso, pero si venía de Taehyung, le encantaba.
Sonrió como un bobo contra la tela del mullido objeto, su estómago era un remolino de las conocidas abejas asesinas.
Se sentó de golpe en su cama, asustando al perrito que estaba acostado en su camita propia, este se acercó a su dueño con la lengua afuera.
—¡Bam! —lloriqueó su dueño, Bam solo pudo cerrar los ojos al recibir mimos—. ¿Por qué no puedo ser tú? T-Te sacaste fotos con Taehyungie, te prestaba mucha atención y-y te decía apodos bonitos, yo también quiero...
El doberman ladeó la cabeza, lamiendo la mejilla de su dueño.
—No hagas eso, Bam, papá ya se había bañado. No, no, ¡Baaam! Vuelve con papáaa —dijo, viendo como uno de sus hijitos volvía a su cama, ignorandolo completamente.
De repente tocaron la puerta, él se sobresaltó en su lugar, levantándose de la cama para ir hacia la puerta, cuando la abrió se encontró a su hermano menor mirándole con una ceja alzada.
—¿Qué quieres?
—Uy, ya sospechaba que hablaras solo, ¿pero con Bam?
Jungkook sintió su sangre congelarse.
—¿Qué mierda escuchaste, Jimin?
El nombrado solo pudo abrir la boca para responder con algo sarcástico, pero se congeló al ver la mirada del mayor volverse oscura como la noche, mientras la mandíbula se tensaba.
Y pues, cuando sientes que estás en peligro, lo único que puedes hacer es... huir.
Eso hizo Jimin.
Jungkook gritó su nombre a la par que lo perseguía. ¿Cómo podía ser tan ágil ese enano? ¿Le dieron algo de pequeño?
—¡Usaré tu cabello teñido como plumero para limpiar mi estante con figuras de Iron-Man!
Se detuvo repentinamente cuando sus ojos vieron unos zapatitos bien lustrados con dibujos de pequeñas flores moradas y rosas. Los zapatos que Jimin pintó para su abuela.
Jungkook miró hacia todos lados, sintiendo la emoción llenar todo su cuerpo. Divisó a su madre en la cocina cortando unos pedazos de manzana y a Jimin robando unos trozos detrás de ella.
—¿Dónde está? —habló lo suficientemente alto para que lo escucharán.
Su madre sonrió suavemente—. En el patio, luego iré a dejarles trocitos de manzana, si es que este tonto chiquillo no se sigue comiendo todo —Jungkook asintió, corriendo a dejarle un beso en la mejilla a su progenitora, aprovechando también de agarrar el cabello rubio del menor, este chilló—. Deja a tu hermano.
—Si dices algo, te quedas sin pelo.
—¡Con mi pelo no!
Corrió hacia el patio, tenía tantas cosas que contarle a su abuela.
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little notes ✦ kooktae. (editando)
Fanfictiondonde taehyung tiene un admirador secreto que le deja adorables notitas. › contenido homosexual. › en emisión. › capítulos cortos. › romance escolar, fluff & soft. › mención de más shipps. › uso exagerado de diminutivos. › prohibida la adaptación o...
