Cientos de niñas viven felices con sus padres, juegan, les dan regalos cada navidad, la vida de Rachel no fue así. Siempre ayudó a su madre a trabajar y poder salir a delante. Su vida se vino a bajó cuando su madre fallece, busca Cientos de trabajo...
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Juego sucio.
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—¿Qué es?.
—Ábrelo.— habro el sobre y leo lo que dice—. El vuelo es mañana. Será unas vacaciones por una semana.
—¿Quieres que vaya contigo?. Pero si tu me dijiste que irá victoria, amy, tú madre y tu hermana.
—Pero faltó el toque final y esa persona eres tú. Esas vacaciones mi padre me la regalo, y te estoy dando ese obsequio. Una semana sin ti, no las aguantaría, menos si no esta la mujer que siempre llevo en mis sueños de cada noche.
—Marcus, ¿Estás seguro?. Deberías mejor disfrutar de tus vacaciones. Yo estaré bien, lo prometo.,
—Eso no me preocupa. Me preocupa que te quedes— me arrincona a la pared—. Sola, en está cuidad y con ese cretino.
—Ese cretino, es mi amigo. Jess no se puede quedar sola.
—Entonces que venga con nosotros. Rachel, no me hagas suplicarte a mi manera— sonríe de lado y juega con mi mentón—.
—¿Cuál es tu manera?— lo reto—.
—Te aseguró que te haré gritar, hasta que digas que si iras conmigo.
—No me das miedo— alzo mi ceja—. Así que Compermiso porque me están esperando— lo hago un lado para poder seguir mi camino, siento como marcus agarra mi mano y deja la otra en mi espalda, guiándome con fuerzas hacia la pared. Me deja pegada mi mejilla en esa fría pared,—. ¡¿Qué estás haciendo?!— solo deja su mano en mi espalda, con la otra mano acaricia la mitad de mi cara.
—Te dije que conmigo no se juega. Haré que me supliqués que pare, diciendo que si iras conmigo.— su mano va bajando poco a poco por mi columna. Su cuerpo se apega con el mio sintiendo su pequeño amigo—. Escuchó que tu cuerpo exige que lo acaricie a mi manera. A la manera que juego con ese cuerpo delicado haciendo que se erize—.
—Marcus, aquí no. Nos estamos arriesgando—, intento despegarme de la pared pero fue una misión imposible—.
Despega solo mi cadera de la pared. Su mano derecha baja hasta la abertura de mi vestido, va metiendo su mano, y a la vez acariciando mi entrepierna. Mi respiración poco a poco se va escuchando más acelerada. Logra separar mis piernas, y por fin siento su mano en mi sexo. Dejo caer mi cabeza en su hombro.
—Necesito que me digas que quieres más.— susurra—.
Siento como sus dedos van en forma circular. baja más sus dedos para poder penetrante con esos mismos.
—Estas mojada.
—Basta, alguien nos va a ver.— muerdo mi labio inferior—. ¡Ah!.
—Me encanta como muerdes esos labios. Me exita ver como disfrutas.
